RECUERDO DE UN HOMENAJE A UNAMUNO
En una mañana de diciembre de 2006, la Asociación Salamanca Memoria y Justicia se presentó en el Cementerio de Salamanca, con la ofrenda de doce rosas rojas en el nicho de Don Miguel.
Fue un acto intimo y muy emotivo, y en el que estuvo presente Pablo de Unamuno, nieto de Don Miguel.
En la foto del homenaje a Unamuno ante su estatua, podeis comprobar la postura de la Asociacion hacia los miembros del Ayuntamiento, de espaldas a ellos, y de cara a la casa del homenajeado.LUISA VICENTE MARTIN
Homenaje a Unamuno
Julio Fernández García (Profesor de la Universidad y miembro de la
asociación Memoria y Justicia de Salamanca) 31/12/2006
Han pasado 70 años desde la muerte de Unamuno (31 de diciembre de 1936) y
parece que la derecha política de este país ha evolucionado muy poco, o
mejor dicho, nada, de la que sustentó el golpe de Estado fascista aquel
fatídico 18 de julio. Unamuno, gran defensor de la razón, la libertad de
pensamiento, la justicia social y la solidaridad, fue expulsado como
concejal el 12 de octubre del 36 y a la semana siguiente cesado por
decreto de Franco como rector de la Universidad de Salamanca, por
enfrentarse a la encarnación de la muerte (Millán Astray), espetándole,
entre otras cosas: "tenéis sobrada fuerza bruta, pero hay algo que os
falta: razón y derecho en la lucha".
Resulta tremendamente doloroso que ante la moción socialista en el
Ayuntamiento de Salamanca para rehabilitar simbólicamente a Unamuno como
concejal, se esgriman por el PP argumentos tan peregrinos como que detrás
de esta propuesta socialista se esconden tres intenciones perversas: el
Estatuto de Cataluña, la "agresión" a las creencias mayoritarias de los
españoles y la rendición del Estado ante ETA. Sólo mentes encolerizadas y
enfermizas pueden sostener que el Gobierno socialista apoya su gestión
política en pilares esotéricos.
Al PP le traiciona severamente el subconsciente y no hay diferencia entre
el hastío y rechazo a la izquierda política y social que mantienen hoy los
dirigentes populares y el reclamo a la santa cruzada contra los rojos,
masones y ateos con el que justificaron Mola, Franco, Queipo y demás
camarilla, el alzamiento y la guerra civil. Hay muchísimas semejanzas, por
desgracia, entre estos argumentos y la historia oficial contada por
Arrarás en la posguerra o la que hoy quieren revitalizar ciertos
revisionistas y seudo-historiadores. Es bochornoso y lamentable.
No obstante, aunque algunos no lo quieran, la excepcional figura de
Unamuno se merece siempre el mejor de los homenajes. Su entrega al
servicio de la ciencia y de los demás estuvo presente en todos los órdenes
de la vida. En su recuerdo, me vienen a la memoria las palabras proféticas
(preludio de una larga dictadura) y llenas de dolor que Ortega pronunció a
su muerte: "la voz de Unamuno sonaba sin parar en los ámbitos de España
desde hace un cuarto de siglo. Al cesar para siempre, temo que padezca
nuestro país una era de atroz silencio, silencio, silencio".
Etiquetas: asociacion salamanca memoria y justicia, homenaje a unamuno
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