FRANCO GASTÓ 226 MILLONES EN HONRAR A SUS CAÍDOS
El régimen organizó la exhumación sólo de los muertos de su bando en la década de 1950.
El Gobierno dispuso de fondos públicos ilimitados para trasladar cuerpos a Cuelgamuros.
PÚBLICO - MADRID - 19/11/2009
FOTO:Francisco Franco y su cúpula el 1 de abril de 1959, fecha de inauguración del Valle de los Caídos. - EFE
Franco ni perdonó ni olvidó. Los mapas de fosas elaborados por los gobernadores civiles en la década de 1950, a los que ha tenido acceso Público, reflejan la exhaustividad de un régimen que buscó a cada caído franquista para su traslado al Monumento de los Caídos, sin reparar en las víctimas republicanas. Del Ministerio de Gobernación salieron decenas de circulares que pedían información sobre los que Franco llamaba en 1940 "nuestros muertos". Los gobernadores detallaron la situación de cada fosa en cada pueblo y ocultaron a todos los rojos fusilados. El motivo es sencillo: no eran "héroes y mártires de la Cruzada de Liberación nacional", como exigía el proyecto de Franco.
El Consejo de las Obras del Monumento a los Caídos lo dejó claro en mayo de 1958: "Uno de los principales fines que determinaron la construcción (...) fue el de dar sepultura a quienes fueron crucificados por Dios y por España y a cuantos cayeron en nuestra Cruzada, sin distinción del campo en que combatieron, según exige el espíritu cristiano que inspiró aquella magna obra, con tal que fueran de nacionalidad española y religión católica".
El régimen organizó la exhumación sólo de los muertos de su bando en la década de 1950.
El Gobierno dispuso de fondos públicos ilimitados para trasladar cuerpos a Cuelgamuros.
PÚBLICO - MADRID - 19/11/2009
FOTO:Francisco Franco y su cúpula el 1 de abril de 1959, fecha de inauguración del Valle de los Caídos. - EFE
Franco ni perdonó ni olvidó. Los mapas de fosas elaborados por los gobernadores civiles en la década de 1950, a los que ha tenido acceso Público, reflejan la exhaustividad de un régimen que buscó a cada caído franquista para su traslado al Monumento de los Caídos, sin reparar en las víctimas republicanas. Del Ministerio de Gobernación salieron decenas de circulares que pedían información sobre los que Franco llamaba en 1940 "nuestros muertos". Los gobernadores detallaron la situación de cada fosa en cada pueblo y ocultaron a todos los rojos fusilados. El motivo es sencillo: no eran "héroes y mártires de la Cruzada de Liberación nacional", como exigía el proyecto de Franco.
El Consejo de las Obras del Monumento a los Caídos lo dejó claro en mayo de 1958: "Uno de los principales fines que determinaron la construcción (...) fue el de dar sepultura a quienes fueron crucificados por Dios y por España y a cuantos cayeron en nuestra Cruzada, sin distinción del campo en que combatieron, según exige el espíritu cristiano que inspiró aquella magna obra, con tal que fueran de nacionalidad española y religión católica".
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