EN MEMORIA DE CLEMENTA MOLINA ALIAGA
Nació el 17 de enero de 1913 y nos ha dejado ayer, con 96 años, la que ha sido la primera mujer concejal del ayuntamiento de Lorca durante la República.
Sastra de reconocida habilidad en su juventud, su preocupación por la justicia social la llevó a militar en el partido de Unión Republicana, siendo elegida como concejala el mismo año en que se produjo el levantamiento fascista de 1936. Amiga de Felisa Conde y otras activas mujeres lorquinas, contribuyeron a defender la causa republicana organizando y movilizando al mundo femenino, relegado hasta entonces a la casa, a criar hijos y a moverse entre la sacristía y la cocina y de la paciencia a la resignación.
Dotada de una enorme capacidad de convicción, creó junto a otras compañeras el Sindicato de la Aguja, organizando un taller colectivizado de confección de prendas para vestir al ejército popular republicano, llegando a trabajar en el mismo más de ciento setenta y cinco obreras, y produciendo entre otros equipos, mochilas, cartucheras y la famosas cazadoras de vuelo que vestían los pilotos republicanos.
Terminada la guerra, el 16 de junio de 1940, élla y sus hermanos fueron encarcelados, sometidos a un consejo de guerra y condenados. Clementa fue sentenciada por el tribunal militar franquista a la pena de ¡¡doce años de reclusión mayor!! por el “crimen” de haber sido de izquierdas y que llevar su coherencia a tomar parte activa en la resistencia civil contra el fascismo.
Dio a luz a una niña estando en prisión en Lorca, criatura que le acompañó en una dura trashumancia penitenciaria por varias cárceles, hasta terminar en una de las más duras de todas, el penal para mujeres de Saturrarán (Guipúzcoa), en donde la presas confinadas eran sometidas a toda clase de castigos y vejaciones con una elevada mortandad entre los niños a su cargo, por desnutrición. Obtuvo la libertad condicional el 20 de febrero de 1942, una “libertad” en permanente vigilancia con presentaciones cada quince días ante el juzgado, tras sufrir mil veinticinco días de cruel cautiverio. El 20 de junio de 1949 fue indultada del resto de la condena.
Ni el drama de la guerra civil, ni las penalidades de la cárcel, ni la pesada losa del régimen franquista, pudieron nunca doblegar el alma rebelde de una mujer, valiente en su carácter y firme en sus convicciones que nunca olvidó, pero sabiendo afrontar el reto de seguir viviendo para los suyos mirando hacia delante y ejerciendo con gran cariño y destreza su profesión de sastra, sintiéndose querida y apreciada por todos quienes la han conocido, y por todos aquellos que han oído hablar de Clementa, como un icono de entereza femenina y como artista consumada en el dominio del jaboncillo y la tijera.
Dicen que solo muere lo que se olvida, por ello la buena gente de Lorca nunca la olvidará.
¡Salud y República!
Descanse en paz
Floren Dimas
Etiquetas: Clementa Molina Aliaga, Floren Dimas, lorca, mujeres en la guerra civil española, prisión de Lorca, tribunal militar franquista
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