FUNDACION ARANZADI EN AVILA NAVARREVISCA

Primera intervención de la Fundación Aranzadi en Ávila

Exhuman en Navarrevisca el cadáver de un represaliado de la Guerra Civil
C.T.I.
Labores de exhumación llevadas a cabo en Navarrevisca (Foto: Fernando de León)


Se llamaba Aniano de la Iglesia y murió, a tiros, en octubre de 1936, cuando tenía 52 años. Era un empresario de Pedro Bernardo que construyó la fábrica de la luz en Navarrevisca, con la que llegó la electricidad a numerosos pueblos de la Sierra de Gredos. Fue en este municipio donde la Guardia Civil le encontró, le disparó y esperó durante toda la noche a que muriera, para enterrar su cadáver en una fosa. Hasta este jueves, en el un equipo técnico de la Fundación Aranzadi, del País Vasco, exhumó el cadáver.

Al acto acudió cerca de una decena de sus familiares y, entre los vecinos de Navarrevisca, personas que le recordaron como “una persona muy querida” en el pueblo, por ser el que llevó la electricidad a numerosas viviendas.

También recordaron la forma en la que murió. Según relató el alcalde de Navarrevisca, José María Burgos (PSOE), Aniano vivía cerca de la fábrica de la luz. “Los vecinos le avisaron de que la Guardia Civil le estaba buscando por ser de izquierdas, para que huyera, pero él no quiso y salió camino de Hoyocasero con su caballo”.

Sin embargo, los agentes interrogaron a los dos obreros que trabajaban con la víctima en la fábrica, quienes confesaron el camino que había tomado el empresario que, al caer la noche, se detuvo en un almiar para descansar. “Los agentes de la Guardia Civil le persiguieron y dieron con él porque relinchó el caballo y le dispararon”, relató el alcalde de Navarrevisca, añadiendo que, sin embargo, “Aniano no murió en el acto, sino que estuvo agonizando toda la noche y, cuando ya murió, por la mañana, se enterró el cuerpo”.

Restos
“Se sabía cuál era la zona, pero no el lugar concreto”, explicó Francisco Etxeberria, profesor de Medicina Legal y Forense de la Universidad del País Vasco, jefe del Equipo Técnico desplazado hasta la localidad, integrado por Lourdes Herraste, arqueóloga de la Sociedad de Ciencias Aranzadi; el arqueólogo abulense Antonio de la Cruz, Jesús Burgos, profesor e historiador; Luis Avial, responsable de la empresa Cóndor Georadar y Marisa Hoyos e Ignacio Gómez, miembros de la Asociación Nuestra Memoria –para la recuperación de la memoria histórica en la Sierra de Gredos y Toledo-, a través de la que se llevó a cabo la exhumación.

Los trabajos de localización se iniciaron hace unas semanas, recogiendo los testimonios de las personas más mayores del municipio y utilizando un georadar por la zona, que terminaron dando con el lugar exacto en el que se encontraron los restos de este vecino de Pedro Bernardo, que serán trasladados hasta el laboratorio de la Universidad del País Vasco para realizar los informes y análisis correspondientes.

“En este caso, al ser una sola persona y ser la única que había desaparecido en estas circunstancias, y teniendo en cuenta los testimonios, la identificación en el laboratorio no sería necesaria, pero sí lo es para nuestros informes”, explicó Etxeberría Gabilondo, añadiendo que los restos encontrados se encuentran “corrosionados”.

“Se distingue perfectamente la cabeza, el tronco y las extremidades, aunque las características del terreno han provocado una rápida corrosión que, si no supiéramos de la persona de la que se trata, nos obligaría, incluso, a tener que realizar análisis de ADN para poder identificarla”, subrayó.

Una vez finalicen los correspondientes análisis de documentación, los restos serán devueltos a la familia de Aniano de la Iglesia, mientras que en Navarrevisca, según anunció su alcalde, se llevará a cabo un acto de reconocimiento a todas las víctimas represaliadas durante la Guerra Civil y en memoria de este empresario de Pedro Bernardo, localidad en la que la familia tiene la intención de enterrarlo.