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Lugar: Buenos Aires, Argentina

Dedicado a los luchadores en la guerra civil española y en la postguerra en defensa de un mundo mejor, aquellos que defendieron un gobierno legítimamente constituído. A través de estos tres blog difundiré testimonios que forman parte de nuestra memoria histórica, escritos sobre los derechos humanos en la Argentina , en España, en Latinoamericana, experiencias del exilio y sobre todo aquello en lo que pueda ayudar a través de la palabra escrita en pos de luchar contra el silencio y el olvido que se cierne sobre la sociedad española de hoy. autorizaron a su publicación. Inés García Holgado

martes, 5 de mayo de 2009

Centro de Entidades del Consell atiende victimas del franquismo

reportaje. Memoria Histórica/Víctimas
´El dolor de la guerra no se olvida´


Maria Ángeles atiende a Coloma y a su hija Maria en el centro de entidades del Consell. Foto: S. Llompart

La asociación prepara un libro sobre los efectos psicológicos del conflicto. Mallorca
Setenta años después, Coloma Martorell aún mantiene viva la imagen de los falangistas que se llevaron a su padre

ROSA FERRIOL. PALMA. Los años pasan pero el duelo y el trauma permanecen en el interior de las víctimas de los represaliados republicanos. La vida sigue pero el sufrimiento no se olvida. Coloma Martorell tenía cuatro años cuando los falangistas irrumpieron en su casa y se llevaron a su padre, Llorenç. Era un 24 de octubre de 1936. Unos días después, los falangistas entraron de nuevo en su casa. "Pistola en mano", recuerda Coloma, exigieron el cajón de los contratos de la tienda de muebles de su padre, ya que en aquel entonces ya dejaba pagar a plazos, y también se llevaron 100 duros que "en aquella época era mucho dinero". "Mi abuelo y yo empezamos a temblar. Me impactó mucho vivir aquella escena. Hoy en día, 73 años después, aún le viene a la mente dicha imagen.
En febrero del año siguiente recibieron una llamada: era el sacerdote de la prisión Can Mir, habían puesto en libertad a su padre, pero nunca regresó a casa. Sus hermanas lo buscaron pero no se supo nada más de él. Coloma asegura que sus abuelos paternos y sus tías se murieron pensando que Llorenç seguía vivo. La psicóloga de la Asociación para la Memoria Histórica de Mallorca, Maria Ángeles Recio, explica que ponerlos en libertad era sinónimo de fusilarlos. Todos los indicios apuntan que el cuerpo de Llorenç está en la fosa del cementerio de Porreres. La familia ha buscado en el de Palma, pero ni rastro de Llorenç. Hace unos años Coloma visitó el cementerio de Porreres. El jardinero le indicó dónde se encontraban las fosas. "Sentí tal impresión que me puse a llorar porque pensé que mi padre estaba allí", relata. El jardinero le dijo que lo tenía que olvidar pero Coloma asegura que el dolor de la guerra no se olvida.
Otro de los recuerdos que aún permanece en la cabeza de Coloma fue la visita a la cárcel de Can Mir. Tenía cuatro años y se coló bajo el capote de un soldado. Su padre pelaba patatas en la cocina de la prisión. Lo dejó todo para abrazar a su hija.
Esta imagen, junto al fascista que irrumpió en su casa con una pistola ,73 años después aún no ha logrado sacarla de su cabeza. La psicóloga asegura que se trata de estrés post traumático.
Coloma se sigue poniendo nerviosa y rompe a llorar cuando recuerda todos estos hechos. En casa hablaban de su padre pero en público nunca. "No podías decir nada", recuerda. De hecho, hace tres años escuchó por primera vez en 70 años pronunciar el nombre de Llorenç Martorell en público, fue en un acto en Porreres. "Me impresionó mucho oírlo, nunca olvidaré este momento".
A pesar de que a los dos años perdió a su madre por enfermedad y a los cuatro los falangistas le arrebataron a su padre, Coloma ha intentado no contagiar sus sentimientos a sus dos hijas. "De pequeña nunca me faltó nada, pero en casa siempre vi llorar mucho". Para evitar que sus hijas vivieran el mismo trauma, se ha hecho la valiente. "He sido muy fuerte pero siempre han sabido la verdad y les he contado la historia de mi padre", explica. La psicóloga de la asociación resalta que actuó de la manera correcta.
Recio explicó que las familias como la de Coloma no vivieron el duelo, que es necesario para superar una pérdida. Asegura que el duelo terminará cuando las víctimas y los familiares del franquismo conozcan todos los detalles. "Quedarán tranquilos", dice. "Si se esconde la verdad, el trauma nunca se supera". Maria Mulet, hija de Coloma, asegura que es muy importante recuperar el cuerpo de un ser querido. "Necesito saber dónde está enterrado mi padre por si un día le quiero traer un ramo de flores", añade Coloma.
Una de las consecuencias que pueden padecer las personas que perdieron sus padres en el conflicto es la falta de autoestima. "Sufren mucho porque la tragedia les marcó su personalidad", sentencia Maria Ángeles. Asegura que comprender lo que pasó es el camino que se debe seguir para curar las heridas psicológicas.

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