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Lugar: Buenos Aires, Argentina

Dedicado a los luchadores en la guerra civil española y en la postguerra en defensa de un mundo mejor, aquellos que defendieron un gobierno legítimamente constituído. A través de estos tres blog difundiré testimonios que forman parte de nuestra memoria histórica, escritos sobre los derechos humanos en la Argentina , en España, en Latinoamericana, experiencias del exilio y sobre todo aquello en lo que pueda ayudar a través de la palabra escrita en pos de luchar contra el silencio y el olvido que se cierne sobre la sociedad española de hoy. autorizaron a su publicación. Inés García Holgado

lunes, 25 de agosto de 2008

INTRODUCCION A CARTA A EL IDEAL DE GRANADA POR EL SEÑOR FLOREN DIMAS

La corriente social puesta en marcha por las asociaciones memorialistas y de víctimas del franquismo, comienza ya a acusar la consolidación de tópicos, mitos, lugares comunes y otras tergiversaciones conceptuales, cuyos resultados podrían terminar por alterar gravemente una idea primigenia que parecía bastante consensuada en los últimos años y que los debates y la promulgación de la llamada "Ley de la Memoria Histórica" intenta alterar, valiéndose de personajes mediáticos (ex magistrados y ex fiscales, políticos, escritores, directores de cine, etc.) y de la propia falta de información y capacidad de análisis de la mayor parte de la población que opina sobre estos temas tan complejos, dejándose llevar en sus opiniones por esta siembra de tergiversaciones interesadas.. Pensar que porque haya una ley, esta tiene que cumplirse, pese a no imponer plazos de ejecución ni establecer los procedimiento legales para exigirla, es una falacia, cuando no existe convicciones democráticas ni voluntad política en los responsables de las instituciones que tienen que llevarla a cabo. Ahí tenemos el lío formado en toda España con la retirada de los símbolos franquistas, en donde todo parece funcionar al revés: en lugar de ser las propias instituciones públicas, son los ciudadanos, es la sociedad civil amparada en asociaciones o a título individual, quienes -como sucedía antes de existir la citada ley- tienen que librar tenaces batallas con las administraciones, la mayoría de las cuáles acabadas en estrepidosas e irritantes derrotas, una vez más. Y cuando algo se consigue, como es la retirada de la estatua ecuestra de Franco en Santander, se hace al precio de retirar a la vez el emblema de la República esculpido en piedra, que existe en sus proximidades. "Victoria pírricas" deberían de llamarse a estos lances tan jaleados por los medios de comunicación, a modo de recurrentes y socorridas "serpientes de verano". Las buenas intenciones, la bonhomía de tantas personas sensibles, ha hecho que confien en la propaganda institucional con la que se va vendido este engendro que es la ley 52/2007, y que hayan creído sinceramente que con ella encontrarían el apoyo y las herramientas legales e institucionales, para poder tener acceso a las reparaciones que dice representar su aplicación. Esa es la gran mentíra, ya que el objetivo del legislador al pergeñar su alcance, está obsesivamente encaminado a contemplar medidas de "momificación" de aquellos hechos históricos; en la "parcelación" familiar del recuerdo de lo que significó la represión franquista, en privatizar las exhumaciones, y en definitiva, en realizar la recuperación de la Memoria por el método de Juan Palomo "yo me lo guiso, yo me lo como", es decir, ofrecer una política de subvenciones a las asociaciones supuestamente memorialistas, para que sean ellas mismas las que acometan acciones o programas de "recuperación" de la MH. ¡¡Nada que tenga que ver con lo que se ha hecho en países de nuestro entorno, como Alemania, Francia, Bégica u Holanda, en donde han sido las instituciones públicas, las que han liderado una labor de reconocimiento moral, jurídico y social,, de las víctimas de los regímenes totalitarios que soportaron, y de la lucha de los guerrilleros y demás resistentes contra los opresores, llevándolo a los libros de texto a través del sistema educativo e incorporando este conocimiento al acervo cultural de los ciudadanos. Pretenden que aquí en España, sean los descendientes de las víctimas las que tengan que ponerse al tajo de honrar a los suyos, como si se tratase de subvencionar programas culturales de barrio o las fiestas del patrón del pueblo, de ahí lo de Juan Palomo... Una buena prueba de lo que aquí se afirma, lo constituyen muchos de los artículos y cartas al director, escritas por bienintencionadas personas, que han llegado a creer en la Ley de la Memoria como una ley de reparaciones, cuando únicamente es una ley de impunidad para los autores, cómplices, instigadores y encubridores de los crímenes franquistas. Les paso con el artículo que he enviado como "carta al director" de El Ideal de Granada, como respuesta a otra carta publicada hace solo tres dias. Gracias por vuestra atención.

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