La familia García Holgado por Mónica Oporto difundida en www.loquesomos.org
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.
Sor Juana Inés de la Cruz
Los García Holgado
Porque muchos quisieron poner riquezas en su pensamiento y no sus pensamientos en las riquezas, es este un merecido recuerdo para todos los que dejaron su vida luchando para consolidar una España democrática.
La familia García Holgado ha ofrendado en pos del ideal republi-cano a muchos de sus integrantes. Trabajadores, militantes, es-tudiantes, con claras concepciones sociales y de lo que querí-an mejorar en una sociedad injusta y aun anacrónicamente feudal, que convivía en una España contradictoria que se industrializa-ba; que convivía con la explotación hacia la gran masa trabaja-dora urbana y rural.
Una parte de la familia -como suele suceder- se enlistó en las filas de Franco. La familia quedó dividida y enfrentada, inclu-so tras el fin de la guerra. Paradojas crueles de la locura co-lectiva que es la guerra, la espada sirve para separar el inte-lecto y el corazón. El rojo y gualda de la bandera se trastocó en arena manchada de sangre que derramaron, de manera perversa, las tropas que Franco parió.
Militantes políticos o sociales,los García Holgado supieron ju-garse hasta el último momento por las ideas que defendían, en un verdadero ejemplo de desprendimiento que, ojalá hoy muchos puedan hacer carne y comprender realizando el sano ejercicio que propone Fernando Savater con aquello de "ponte en su lugar". Pongámonos en el lugar de aquél que, habiendo empeñado su pala-bra, por su honor, con altura ética, sabe llevarlo hasta el fi-nal por más que le cueste la vida. ¿no es maravilloso hallar personas de este fuste, cuando en el mundo de hoy se pueden com-prar voluntades con tanta facilidad como se compran baratijas?.
La Fregeneda
Camino de Portugal queda La Fregeneda, en medio de un paisaje impresionante de ríos y naturaleza abrumadora, en la provincia de Salamanca, también célebre por la famosa Universidad.
En La Fregeneda había nacido un 21 de julio de 1895, Vicente García Holgado.
Sus padres, Vicente García Quincoces y Luisa Holgado Romero, se sintieron orgullosos de ver a su hijo llegar a funcionario de Correos y Telégrafos en Madrid, a la par que militaba en el Par-tido Comunista del cual llegó a Secretario de Propaganda y Agi-tación.
Vicente no se acobardó cuando la guerra civil estalló y continuó su lucha en las filas del Partido. Lo paradójico resulta que, una vez finalizada la guerra, fue detenido y encarceladeo por el delito de "auxilio a la rebelión" -delito que suena mas a ven-ganza tardía- y por el que recibió una pena de "12 años y un día" en la Prisión de Alcalá de Henares.
Logra la libertad condicional y lo exilian en San Sebastián -país Vasco- localidad cercana al Mar Cantábrico, región marcada por la actividad pesquera. Allí Vicente continua con su mili-tancia, que lo relaciona con las cooperativas pesqueras de Do-nostia. Ya no regresa su trabajo en correos pues en 1939 le dan de baja, prohibiéndole por siempre ejercer cualquier cargo pú-blico.
Comienza la actividad sindical a favor de los pescadores y pe-queños empresarios y, producto de su imparable actividad, crea un guante especial para evitar que los pescadores dañaran sus manos mientras realizaban sus tareas.
Es claro que genio semejante sería seguido y vigilado de cerca por los triunfantes franquistas a la expectativa de ejercer la represalia sobre tan activo militante de la vida. Por tal moti-vo, Vicente recibió varias veces el ofrecimiento de pasar a Francia, dada la corta distancia que separa, por mar, a España del país vecino. Sin embargo decidió quedarse.
Lo asesinaron cuando efectuaba incansables trámites en la Direc-ción de Pesca en Madrid. Buscaba evitar que los pescadores de la Cooperativa de Pesca de Altura fueran obligados a afiliarse al verticalista sindicato franquista.
"Las armas son un signo de impotencia: los hombres
se defienden y vencen con el hueso ante todo.
Un hombre desarmado siempre es un firme bloque:
sabe que no es estéril su firmeza, y resiste.
Y los pueblos se salvan por la fuerza que sopla
desde todos sus muertos".
Miguel Hernández: Pueblo.
Otro natural de La Fregeneda, Luis García Holgado, nacido el 8 de febrero de 1897, fue funcionario de Telégrafos en Cáceres (provincia de Extremadura). A la vez que masón, estuvo afiliado al Partido Socialista (PSOE).
Cuando se declara la República llega a Administrador de Correos de Hervás.
Es claro que las ideas resultan tanto o mas peligrosas que el arma mas letal. De allí que Luis pagara con su vida el "peca-do" de esclarecer conciencias. Lo secuestran en el año 1937 y luego del consabido "paseo", lo fusilan. A la fecha está desapa-recido, categoría de triste memoria para los argentinos, y, a pesar de que la familia nunca supo dónde fue enterrado, es segu-ro que la tierra lo acoge como la madre en su regazo a un hijo.
"Pero ¿qué son las armas: qué pueden, quién ha dicho?
signo de cobardía son: las armas mejores
aquellas que contienen el proyectil de hueso
son. Mírate las manos"
Miguel Hernández: Pueblo
Vicente García Holgado (Hijo)
Había nacido en Argentina el 4 de enero de 1915, en tiempos de claro cambio político y social. La Ley Sáenz Peña daba lugar a la participación política de los sectores medios de la población y una Unión Cívica Radical -nacida de una revolución- se había consolidado a lo largo de abstenciones e inicios de revoluciones que contaban con amplio apoyo de sectores de la población.
Vicente había nacido, también, a pocos meses de iniciada la Pri-mera Guerra Mundial. Europa se debatía entre las fuerzas que pugnaban por imponer un orden u otro.
Por lo tanto no será ajeno al destino de España en el contexto de la guerra y de allí que a los cuatro años ya lo tenemos radi-cado en Madrid junto a sus padres: Mauricia Holgado Barrio y Vi-cente García Holgado.
Cursó sus estudios en Madrid, en el Liceo Francés, pero su ca-rrera universitaria la cursa en la Universidad de Salamanca, de donde provenía la familia. Allí se recibió de médico.
Con el estallido de la Guerra Civil, Vicente se alista en la Mi-licias Comuneras Antifascistas. Como Teniente Médico prestó ser-vicios en el V Regimiento 11 División, que estuvo bajo las órde-nes del General Lister.
Desaparece, como tantos otros fieles a la República, y la fami-lia ignora hasta la fecha si murió en una batalla o si terminó fusilado, de allí que siempre continuaron su búsqueda.
"Para a libertad, siento mas corazones
que arenas en mi pecho; dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales y entro en los algodones
como en las azucenas"
Miguel Hernández: El herido.
De Vicente se cuenta que, cuando su madre quedó embarazada de Benjamín, se alegró ante la próxima llegada del nuevo integrante de la familia que venía luego de dieciocho años del último de los 4 los hermanos.
Era un amante de la música, y se había recibido de profesor de violoncello. Un ser humano exquisito que combinaba la ciencia que cura el cuerpo con la música que reconforta el espíritu.
Argentina 1.949
En la escuela lo tildaban de "rojo" porque su familia, de todas las del barrio, había sido la única que no se había afiliado a La Falange. Eran los duros tiempos de las posguerra y las ven-ganzas contra los que, con honestidad habían defendido a la Re-pública.
Hasta que su madre decidió viajar a Argentina.
Benjamín García Holgado llegó a estas tierras en 1949, cuando el peronismo ya consolidado en la presidencia, reformaba la Constitución Nacional. Venía con su madre y dos hermanas: Luisa y Dora.
Su padre había caído asesinado. Su familia había sido destruida por la irracionalidad fascista. De los 8 hermanos de su padre, algunos habían apoyado a Franco y se debatían en los irreconci-liables rencores de haber pertenecido a uno u otro bando.
En momentos en que lo que quedaba de la familia los necesitaba, no había una ayuda económica para el sustento.
Fueron tiempos de privaciones y de mucho trabajo. Su madre se empleó de modista para poder mantener a los hijos y darles edu-cación. Benjamín, a los 14 años, estudió nuevamente el secunda-rio, mientras que Luisa estudiaba piano y Dora se dedicaba a la medicina.
El exilio separa físicamente a las familias, las vuelve dos raí-ces del mismo árbol. Porque ya se pertenece al lugar donde se nació y al lugar que se adopta como nueva patria. Divide los sentimientos, profundiza el dolor del querer y del deber. Mien-tras se quiere estar en una parte se debe estar en la otra.
En la tierra de origen, los que se quedaron, fueron perseguidos y segregados por "rojos" al punto de no poder estudiar ni traba-jar. Era el mas cruel de los castigos, el que se aplica entre hermanos.
La dignidad y el dolor hicieron que ninguno de los García Holga-do llegados a Argentina regresara a España.
Otra tierra, con un mismo idioma, cobijó a Mauricia, Luisa y a Dora.
Benjamín, que accedió a esta nota, es un agradecido al suelo que lo recibió y en cual pudo estudiar y logró numerosos títulos universitarios. Pero jamás regresó a España. (1)
Así como la "ley del eterno retorno" indica que, al menos una vez en la vida se debe peregrinar al suelo "santo", existe tam-bién una especie de ley por la cual "los exiliados NO REGRESAN A ESPAÑA"
Va en estas palabras el merecido homenaje a todos los hijos de España encarcelados, muertos, desaparecidos durante la Guerra Civil; a quienes, como la familia García Holgado, ofrendaron su vida por la España Republicana.
LQS Inés García Holgado
inesgarciaholgado@yahoo.com.ar
inesgarciaholgado@arnet.com.ar
(1) Palabras de Inés García Holgado, hija de Benjamín García Holgado. Abogada, profesora de la UBA, que se dedica a la invalorable tarea de gestionar ante las autoridades españolas el reconocimiento por los exiliados republicanos en Argentina.
Etiquetas: encarcelados, exiliados, fusilados, guerra civil española, represaliados
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