Justicia y Memoria. Responsable: Inés García Holgado

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Lugar: Buenos Aires, Argentina

Dedicado a los luchadores en la guerra civil española y en la postguerra en defensa de un mundo mejor, aquellos que defendieron un gobierno legítimamente constituído. A través de estos tres blog difundiré testimonios que forman parte de nuestra memoria histórica, escritos sobre los derechos humanos en la Argentina , en España, en Latinoamericana, experiencias del exilio y sobre todo aquello en lo que pueda ayudar a través de la palabra escrita en pos de luchar contra el silencio y el olvido que se cierne sobre la sociedad española de hoy. autorizaron a su publicación. Inés García Holgado

martes, 29 de abril de 2008

Dia Nacional de Castilla Villalar gana la batalla artículo del Foro castellano 23 de abril

www.forocastellano.org FORO 23 DE ABRIL
Día Nacional de Castilla
Villalar gana la batalla
Redacción / Miércoles 23 de abril de 2008

La celebración -conmemoración- del 23 de abril gana en legitimidad y consolida su aceptación entre los medios de comunicacion, como una fiesta popular sí, pero con contenido castellanista. Atrás quedan las trifulcas originadas por el espíritu con el que la derecha mediática de la comunidad trataba de agredir a los asistentes, calificándolos no pocas veces de marginales y cosas peores, y los torticeros intentos de politicastros en fuga, de convertir la celebración en la fiesta de la tortilla.

A la vista del aspecto que viene presentando la campa de Villalar en sus últimas ediciones, con jóvenes y familias llegadas de todos los puntos de Castilla, bien se podría decir que Villalar ha ganado su última batalla: la de la imagen. Se cierra un ciclo, en el que la fiesta -en sus peores momentos- estuvo defendida siempre por cuatro mil o cinco mil personas. La nieve, el mal tiempo y los caballos inquietos de la guardia civil arredraban al público que a su vez veía distorsionada la imagen de la fiesta en las lamentables crónicas periodísticas del día después.

Hoy Villalar, el día nacional de Castilla, sigue siendo un baluarte de resistencia y de reivindicación, pero ya no es sólo eso. De nosotros, de los que la hemos apoyado en los tiempos difíciles dependerá que Villalar mantenga siempre su espíritu reivindicativo en futuras ediciones, de nosotros dependerá que allí se sigan reuniendo los colectivos en lucha, este año los del hospital de Benavente, los obreros de empresas en crisis. Sus justas reivindicaciones que tienen el orgullo de plantear directamente al público castellano, son también las de todos. Y esa es una función que el 23 de abril jamás debe perder. Hablar del pasado ha de ser la excusa necesaria para poder trazar nuestro futuro, para alumbrar soluciones a un país a veces confuso, que deambula perdido entre la nostalgia de la historia y el temor al futuro y a un pueblo que necesariamente tendrá que encontrar sus propios caminos.

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domingo, 27 de abril de 2008

ISIDRO PALOU Superviviente del campo de concentración de Albatera

REPORTAJE
"Allí conocí la cara del fascismo"
Testimonio de un superviviente del campo de concentración de Albatera
S. N. - Alicante - 27/04/2008


"Allí conocí la verdadera cara del fascismo. Durante la guerra, en la trinchera, permanecíamos ajenos a la barbarie franquista". Es el amargo recuerdo de Isidro Palou, un barcelonés de 92 años, testigo directo de los horrores del campo de concentración franquista de Albatera al final de la Guerra Civil. Isidro y otros dos supervivientes más, Ángel Rubio y Cevia Viñuves, asistieron ayer a la jornada de reflexión sobre este campo de concentración convocada por la Comisión Por la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, Orihuela y Callosa del Segura. Al acto, celebrado en San Isidro, se sumaron 300 personas.

La noticia en otros webs
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Los representantes de los colectivos demandaron la puesta en marcha de un comité de investigación para documentar con rigor los episodios acaecidos en el campo de Albatera. "Hay que estudiar qué paso de una forma objetiva sobre la base de documentación rigurosa en este campo de concentración", señaló el literato Enrique Cerdán Tato, del colectivo de Alicante. También exigieron la construcción de un centro de investigación y documentación sobre la represión franquista.

El campo de concentración de Albatera, que en realidad se encuentra en el término de San Isidro, se habilitó en abril de 1939 sobre un campo de trabajo impulsado por la II República dos años antes. Aunque la estadística no es muy precisa, se estima que por el recinto pasaron unos 15.000 republicanos. El grueso de los internados fueron los miles de republicanos capturados en el puerto de Alicante.

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viernes, 25 de abril de 2008

TENERIFE MANIFESTACION POR LA TERCERA REPUBLICA ABRIL 2008




Fotos de la manifestación por la Tercera República en Tenerife este mes de abril de 2008. Gracias a mi amiga Agatha por aportarlas.

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PEDRO BERNARDO UNA MOCION DE CENSURA POR DIOS Y POR LA PATRIA





Una moción de censura por Dios y por la patria

Agredida la concejal socialista de un pueblo de Ávila tras echar al alcalde

PABLO LINDE - Pedro Bernardo

EL PAÍS - España - 24-04-2008
La iglesia de Pedro Bernardo (Ávila, 1.099 habitantes) tiene una placa con los nombres de los caídos en el pueblo "por Dios y por la patria". Isabel Fernández entró en política hace un año para eliminar esa reliquia franquista y para sacar a la luz las cinco fosas comunes con republicanos fusilados. Hoy es la única concejal socialista de la localidad, el recuerdo a los nacionales continúa en la parroquia y alguien ha talado con saña los frutales de su parcela.

La tala fue la resaca de una tensa moción de censura que Isabel Fernández apoyó y sirvió para desalojar del Ayuntamiento a Alberto Sánchez (PP), alcalde hasta el pasado 17 de marzo. Desde entonces, Isabel Fernández ha sufrido amenazas, agresiones y dos ataques a su parcela; el último, hace cuatro días.

La historia es enrevesada. El actual alcalde es José Manuel García, que se presentó en la Candidatura Independiente que encabezó Petra Ruiz, alcaldesa por el PP durante 11 años, hasta las últimas elecciones. Pero Ruiz se dio de baja del PP y se presentó por otra lista. Fue la segunda candidatura más votada, tras la de los populares. La Candidatura Independiente obtuvo hace un año cuatro ediles, por cuatro del PP y uno del PSOE, Isabel Fernández. Con su voto, ésta permitió gobernar al PP. Pero un año después Petra Ruiz presentó una moción de censura que prosperó gracias al apoyo de la socialista Fernández. El cambio de voto de ésta dio la alcaldía al número dos de Ruiz, José Manuel García. La socialista comenzó entonces su calvario.

Ahora es primera teniente de alcalde. "Pero vivir así en un pueblo tan pequeño es terrorífico", relata. Durante la moción, presidió el pleno y desalojó la sala por el alboroto de decenas de manifestantes, que protestaban por el cambio de alcalde y pedían que siguiera el del PP. A la salida, asegura que sufrió una agresión física y muchas verbales.

¿Qué le impulsó a meterse en este jaleo? Ella explica que apoyó al ex alcalde popular Alberto Sánchez porque llegó con él a algunos acuerdos. El más importante, que eliminaría la placa de la iglesia. "Pero cuando alcanzó el poder me dijo que él no la quitaría". La explicación del anterior alcalde es muy distinta: "La placa está en la parroquia; el ayuntamiento no puede hacer nada. Ella dedicó la campaña electoral a denunciar por corrupción a la anterior alcaldesa y ahora se alía con ella. No digo que le hayan dado dinero, no tengo pruebas, pero es raro". Tras la moción de censura circularon por el pueblo unos panfletos. Recriminan a Fernández su cambio de rumbo político y airean un texto que, supuestamente, escribió en contra de Petra Ruiz. La socialista niega ser autora del escrito. Piensa que quieren atemorizarla para que se retire. Pero ella asegura que va a resistir. Sánchez disiente: "No aguantará; en Pedro Bernardo nadie la quiere". Si se pregunta en el pueblo, se oyen decenas de historias: proyectos fracasados, conspiraciones, chanchullos, constructores, subvenciones sospechosas. Lo cierto es que una docena de los 20 frutales de la edil socialista están destrozados, el alcalde que ganó las últimas elecciones no está en el poder y la placa sigue en la iglesia, por Dios y por la patria.

Agrego un comentario a esta noticia que he recibido a través de correo electrónico y vale la pena de ser leído.
Una moción de censura por dios y por la patria

Hola a todos queria hacer un pequeño comentario sobre la noticia aparecida en El País de hoy día 24 de abril:
Mi compañera Isabel, miembro al igual que yo de la Asociación "Nuestra Memoria", no está siendo agredida por el hecho deq querer retirar la placa de la iglesia, que también es uno de los objetivos que se desea conseguir en el pueblo en esta legislatura.
Las amenazas recibidas, la tala de sus árboles y las descalificaciones que está sufriendo es debido al tema urbanístico y la especulación consentida por los anteriores gobiernos municipales de Pedro Bernardo, yo misma he sido testigo de agresiones que ya han sido denunciadas y que ahora están en mano de la justicia.
Sólo esperamos que el Partido Popular se manifiste y denuncie estos hechos, ya que también es terrorismo y además consentido y no denunciado por los concejales del PP de este ayuntamiento.
Saludos y ánimo, Isa

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jueves, 24 de abril de 2008

JORNADAS SOBRE LA GUERRA CIVIL Y SU SECUELA EN SALAMANCA 2008




20/04/2008 El Adelanto de Salamanca null

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Editadas las actas de las jornadas sobre la Guerra Civil y su secuela

Los Águila acogió la presentación de los dos volúmenes en un encuentro de reflexión

Juan T. Muñoz

Las III Jornadas Internacionales de Estudio de El Rebollar, celebradas entre el 20 y 22 de julio del pasado año en escenarios de Ciudad Rodrigo, Roblada y Navasfrías...

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DECLARACION COMUNEROS VILLALAR 2008

Declaración de Comuner@s sobre VILLALAR 2008


Comuner@s

21/04/08

Las elecciones de marzo de 2008, dieron una importante victoria electoral al PSOE de Zapatero.

Ello tras una campaña, que convirtió de hecho a las pasadas elecciones en un referéndum entre la política del gobierno en la pasada legislatura y la política del PP.

A pesar del claro posicionamiento mayoritario de la sociedad hacia una política progresista y en contra de las posiciones protofascistas que el PP ha venido defendiendo, zapatero ha formado un gobierno y ha esbozado una política para este, que supone asumir en la practica la estrategia de los sectores mas reaccionarios del bloque dominante español.

La política de alianzas, dejando atrás cualquier veleidad izquierdista, va dirigida a ''los grandes pactos de estado con el PP''. La composición del gobierno ha excluido a las personas con un perfil mas coherente desde el punto de vista socialdemócrata y las primeras medidas económicas anunciadas, van encaminadas a enjugar con dinero publico, las pérdidas o menores ganancias, de la banca privada española.

L@s trabajadores y trabajadoras, podemos ponernos en alerta permanente cuando se nos anuncia la llegada de ''grandes pactos de estado'', y se nos dice que además estos hay que realizarlos con el PP, es decir con aquellos a los que hasta hace cuatro días, el mismo gobierno, denominaba como la ''extrema derecha'', los ''enemigos de la paz'', etc.

La falta de resolución de los problemas estructurales del régimen político español, problemas estructurales que son de carácter congénito y hereditario; y por tanto difícilmente solucionables desde su propio marco y el estallido de la crisis económica en toda su intensidad, crisis por cierto que a pesar de las evidencias el PSOE negaba por activa y por pasiva ante la opinión publica hasta el 10 de marzo, son las dos grandes circunstancias que condicionan la estrategia del gobierno y en general la del Estado Español.

Ellos son muy conscientes de las debilidades de su sistema político y mas en un escenario de profunda crisis económica, es por ello que desde hace varios meses han lanzado una intensa ofensiva represiva contra los movimientos populares de las diversas naciones del Estado Español.

Cataluña, Asturias, Euskalherria, Andalucía, Castilla... las detenciones, los procesamientos y juicios políticos, el aumento sin apenas precedentes de prisioner@s polític@s, la prohibición de movilizaciones, las ilegalizaciones y/o amenazas de ilegalización han sido el pan nuestro de cada día en los últimos meses.

Están llevando a cabo lo que podríamos denominar, una política represiva preventiva. Emulando a Bush en su doctrina de ''guerra preventiva'', pero con una aplicación interna, hacia los propios Pueblos del Estado, cuestión esta en la que por cierto tanta experiencia acumulada tiene el bloque dominante español, y que sintetizó Churchill en aquella famosa frase a principios de lo años cuarenta del pasado siglo, cuando dijo, ''toda Europa esta ocupada por los ejércitos alemanes nazis, excepto España que esta ocupada por su propio ejército''.

Llevamos poco mas de un mes desde las elecciones generales, y es muy difícil ya encontrar a gente que tenga expectativas positivas en cuanto a lo que el gobierno va hacer en esta legislatura.

El giro antisocial y a la derecha de Zapatero ha sido percibido ya a pesar del poco tiempo pasado por amplios sectores de la población.

De momento han creado una situación de decepción y preocupación pero es obligación de las organizaciones sociales y políticas progresistas organizar la resistencia ante este giro antisocial y a la derecha de Zapatero, y transformar esa decepción y preocupación en acción organizada alrededor de un programa táctico de unidad popular, que sirva para enfrentarse a las consecuencias de la crisis para las clases trabajadoras y sirva también para avanzar en la transformación democrática del Régimen.

La oleada represiva a la que hacíamos referencia, en la que va incluida la amenaza de ilegalización de IzCa, tiene una finalidad clara, neutralizar la capacidad de organización y acción de los colectivos políticos y sociales, pero no se van a salir con la suya, no van a frenarnos con sus amenazas, ni con la represión.

El otro pilar de su estrategia, la búsqueda de una unidad sin fisuras de todas las fuerzas vinculadas al sistema, también la han puesto en marcha, pero de momento está encontrando más dificultades en el proceso de las que seguramente preveían.

Este Villalar 2008, tiene una especialísima importancia desde el punto de vista político.

En este Villalar 2008, tenemos que conseguir que toda la gente que nos acompañe en las actividades que desarrollaremos en la campa los días 22 y 23 de abril, los miles que pasan por la carpa y los cientos que asisten a nuestro acto político, salgan con las ideas lo mas claras posibles sobre el momento político en el que vivimos y cuales son los caminos del movimiento popular castellano para su avance.

Todos los Villalares son importantes, pero este de 2008 lo es muy especialmente, políticamente hablando, es el momento para iniciar la ofensiva social y política contra el programa del gran capital español que el gobierno de Zapatero pretende poner en práctica a costa de las trabajadoras y trabajadores.

En Comuner@s, creemos que no hay que tiempo que perder y que ese frente de resistencia y de acción tiene que echar a andar en un lugar tan emblemático y fecha tan simbólica, como es Villalar en el 23 de abril.

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martes, 22 de abril de 2008

14 DE ABRIL DEL 2008 77 ANIVERSARIO DE LA REPUBLICA MADRID 1




Más fotos del homenaje al 77 aniversario de la República en Madrid, junto a mis queridos tíos Froufe en la última fotografía. Luis Froufe es el autor de TODAS LAS FOTOS de este día maravilloso.

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14 DE ABRIL DEL 2008 77 ANIVERSARIO DE LA REPUBLICA MADRID




14 de abril del 2008 77 Aniversario de la República Española
MADRID.

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sábado, 19 de abril de 2008

ROSARIO LA DINAMITERA


ROSARIO LA DINAMITERA
triste noticia, descansa en paz compañera...
un abrazo.

“Rosario, dinamitera, / sobre tu mano bonita / celaba la dinamita / sus atributos de fiera. / Nadie al mirarla creyera / que había en su corazón / una desesperación / de cristales, de metralla / ansiosa de una batalla, / sedienta de una explosión. / Era tu mano derecha, / capaz de fundir leones, / la flor de las municiones / y el anhelo de la mecha (…) / ¡Bien conoció el enemigo / la mano de esta doncella, / que hoy no es mano porque de ella, / que ni un solo dedo agita, / se prendó la dinamita / y la convirtió en estrella! (…)”. Miguel Hernandez.


Más que un símbolo. Rosario Dinamitera se fue acompañada de la bandera republicana que tanto defendió. En la imagen, el entierro en el cementerio civil de La Almudena, en Madrid, ayer. - GABRIEL PECOT
JUANMA ROMERO - Madrid - 18/04/2008 07:30
Cuando cayó sobre el féretro la bandera tricolor, la republicana, empezó a llover. Las gotas fueron engordando hasta convertirse en granizo
ligero de primavera.
Tal vez fue sólo eso. Coincidencia. Tras una tregua de varios minutos, el cielo volvía a plañir en Madrid. Pero ese paréntesis encajó, meticuloso, en el entierro de un mito para la historia. La lluvia quiso detenerse en la despedida roja.
No es una simple metáfora. Rosario Sánchez Mora, la Dinamitera, vivió roja y murió, el jueves, roja. Con ella morían 88 años de lucha por la libertad. Casi 89, edad que habría cumplido pasado mañana.
Rosario ya había trascendido la levedad de la vida hace años, muchos años, cuando Miguel Hernández la inmortalizó en su poemario Vientos del pueblo (1936-1937). “Rosario, dinamitera,/ sobre tu mano bonita/ celaba la dinamita/ sus atributos de fiera/ [...] ¡Bien conoció el enemigo/ la mano de esta doncella,/ que hoy no es mano porque de ella,/ que ni un solo dedo agita,/ se prendó la dinamita/ y la convirtió en estrella!”.
Sin una mano por la impericia
Ese poema sólo exprime en unas líneas aquel día de 1936, al poco de que estallara la Guerra Civil. Aquel día Rosario perdió su mano derecha manipulando dinamita. Apenas tenía experiencia. Unas semanas antes, el 19 de julio, con 17 años, se había incorporado a las milicias populares para detener, desde el frente de Somosierra, a las tropas rebeldes del general Emilio Mola.
Rosario, dinamitera. El poema silabeó en los primeros minutos del sepelio. El mejor responso, el mejor homenaje. La oración laica. Por eso no se dejó enterrar en el cementerio madrileño de La Almudena, en el católico, sino en el civil, levantado junto al primero. Un camposanto recoleto, lleno de la atmósfera épica que también envuelve el cementerio parisino de Montmartre. Allí yacen los restos de Pablo Iglesias, de Pasionaria. Ahora también los de Rosario.
Acabó el canto del poema. Silencio. “¡Viva la República!”, gritó uno. “¡Viva la República!”, repitieron los demás asistentes, en torno al centenar. Los enterradores se afanaron en enyesar la sepultura. Silencio. Y un nuevo grito. El canto de La Internacional. De nuevo, emergió el dolor colectivo, el imaginario republicano, la profunda fe comunista.
“Yo era amiga de Rosario. Pero ella era un poco amiga de todos, los que conocía y los que no –musitaba entre sollozos Ángela–. Era tan afable, tan vigorosa... Nos deja un vacío enorme. Se va sin que se haya hecho justicia con todos los luchadores”. “Vamos a ser así de mayores, como ella”, se prometía otra mujer.
Era la concesión a la esperanza. Porque, latente aún la aflicción por la marcha de Rosario, se sentía el sueño. La lucha por la III República no ha muerto en sus corazones. No, desde luego, en el de las dos hijas de la Dinamitera, ni tampoco en el de Ángela. O en el de Gaspar Llamazares, también presente en el sepelio, como Paco Frutos, secretario general del PCE; Almudena Grandes y su marido, Luis García Montero, o Inés Sabanés, portavoz de IU en la Asamblea de Madrid. Como aquella otra mujer con su bufanda tricolor anudada al cuello. Todo un símbolo.
Rosario no está. Su recuerdo vive y vivirá. Lo intuía esa lluvia que paró en el adiós.

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LAS MARIAS LAS HERMANAS DE SANTIAGO




Un documental desvela la historia de dos conocidas hermanas de Santiago

REPORTAJE. La verdad de ’Las Marías’
Salían cada día a pasear por las mismas calles de Santiago, siempre a las dos en punto, arregladas con una ropa y un maquillaje tan colorido como extravagante. Todavía hay mucha gente en la ciudad que recuerda a las inseparables hermanas Coralia y Maruxa, más conocidas como Las Marías, dos emblemáticos personajes de Compostela a los que las nuevas generaciones sólo conocen por la estatua que les rinde homenaje en la entrada del parque de la Alameda.

- Los falangistas las maltrataron para averiguar el paradero de sus hermanos
- 'Quienes no se rebelaban por temor veían en ’Las Marías’ un grito de libertad'

Pero bajo esa fama de locura que les precede hasta hoy, escondían un drama personal que no todos conocen, con la Guerra Civil como telón de fondo. Así lo recoge el documental Coralia e Maruxa, as irmás Fandiño, de Xosé Rivadulla Corcón, para cuya elaboración ha contado con testimonios de personas como Encarna Otero, Xosé Luis Bernal o Dionisio Pereira.

Nacieron en una familia obrera de 11 hermanos, tres de ellos destacados miembros de la CNT. El documental relata cómo tras el estallido de la Guerra Civil, asesinan a uno de ellos mientras que los otros dos consiguen huir. La pesadilla para las hermanas comenzó cuando los falangistas trataron de utilizar a la familia para averiguar su paradero. A horas intempestivas de la noche, llegaban a la casa de los Fandiño, registraban y desbarataban la vivienda, desnudaban en la vía pública a las hermanas para humillarlas y las subían al monte Pedroso de Santiago. 'No está demostrado, pero hay gente que afirma que las llegaron a torturar e incluso a violar', explica Rivadulla.

Con poco más 20 años y sin haberse metido con nadie, la vida de Las Marías se convierte en un mal sueño que se prolongará desde el inicio de la guerra hasta mediados de los años 40. Rivadulla señala que esos malos tratos continuados fueron la causa de la locura que ambas sufrieron, porque 'antes no eran así'. Finalmente los hermanos huidos fueron arrestados y cesó la presión sobre las Fandiño.

Aun así, su situación económica era muy precaria. Las hermanas dejaron de trabajar como costureras, oficio que venían desempeñando junto a su madre, porque los clientes dejaron de llevarles ropa 'por ser una familia anarquista, por miedo a significarse' . Vivían en parte gracias a la caridad de los vecinos. No les ayudaban de forma directa, porque quienes las conocían sabían que no aceptarían una limosna, sino que les dejaban de forma anónima pequeñas cantidades de dinero en distintos comercios, en los que después ellas compraban.

La solidaridad de los vecinos se puso a prueba a principios de los 60, cuando un temporal tiró abajo el tejado de la casa de las Fandiño. Enseguida se organizó una gran colecta entre los vecinos de Santiago y se llegaron a juntar 250.000 pesetas. 'Es espectacular' , dice Rivadulla, 'porque en la época eso es lo que costaba un piso'.

'Manifestaron su locura mostrándose rebeldes contra la sociedad', afirma el autor. Las Marías nunca pasaron desapercibidas, no sólo por su llamativa vestimenta y sus rostros maquillados con polvos de arroz, sino por su actitud. 'Ellas piropeaban a los hombres algo que, por supuesto, no se le ocurría a ninguna otra mujer. Siempre manifestaban que todos los hombres se enamoraban de ellas y flirteaban con los estudiantes' . En contra de lo que pueda parecer, eran muy diferentes: Coralia, la menor y más alta, era tímida y poco habladora, mientras que Maruxa, más pequeña aunque de más edad, era la que llevaba la voz cantante.

La opinión del autor del documental es que las hermanas desempeñaron, posiblemente sin saberlo, una papel fundamental en esa época de represión. 'Mucha gente que se sentía ahogada por el régimen y que no se rebelaba por temor a represalias, veían en Las Marías ese grito de libertad'. Cuando en 1980 falleció Maruxa, Coralia se fue a vivir con otra hermana a A Coruña, ciudad a la que nunca se adaptó. Murió tres años más tarde después de preguntar muchas veces cuál era el camino para volver a Santiago.

MARÍA FÁBREGAS - EL PAIS

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viernes, 18 de abril de 2008

MARCOS ANA SALMANTINO

Testimonios de los protagonistas
Testimonios / Marcos Ana

El Mundo | 18 jul 06

Fernando Macarro procede de una familia muy humilde y profundamente católica. Con quince años se afilió a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y abandonó la religión. En julio de 1936 marchó al frente, pero le devolvieron a casa por ser menor de edad. Se incorporó finalmente en 1938 llegando a ser comisario político del partido comunista. Al acabar la guerra fue encarcelado y torturado. Se le juzgó en dos ocasiones y las dos salió con condena de muerte. Cumplió casi 23 años de prisión. En la cárcel comenzó a escribir poemas firmando como Marcos Ana. Fue indultado en 1961. Ya libre, marchó a Francia y se dedicó a viajar por todo el mundo convertido en un símbolo de la solidaridad internacional y de la lucha antifranquista.


Tengo la friolera de 82 años, aunque, como digo siempre, esos son años de edad. De vida tengo 59, que son los que quedan al restar los 23 que pasé en la cárcel. Entré con 19 años en mayo del año 1939 y salí en el año 1962 con 42. Soy la persona que más tiempo seguido ha pasado en las cárceles franquistas.

Yo procedo de una familia muy humilde. Mis padres eran campesinos sin tierra y analfabetos. Cuando tenía seis años, nos trasladamos a Madrid y nos afincamos en Alcalá de Henares. Allí viví mi adolescencia y mi juventud hasta que comenzó la guerra. No pude ir al colegio, ya que mi familia no tenía recursos y enseguida me tuve que poner a trabajar. O sea, que yo estudié prácticamente las cuatro reglas, como se decía entonces. Mis padres no pertenecían a ningún partido. Eran profundamente católicos. Eran tan sumisos que cuando pasaba el amo hacían la señal de la cruz, como si se tratara de un representante de Dios en la tierra. Por ese motivo yo en mi infancia era católico y, en mi adolescencia, más de una vez me sangraron las rodillas de hacer penitencia en las iglesias. Un día, sería el año 35, con quince años, asistí con un grupo de jóvenes católicos a un mitin de las Juventudes Socialistas en Alcalá para repartir nuestra propaganda. Me quedé escuchando lo que decía el orador y me di cuenta de que aquel hombre estaba hablando de mí, de mi casa y de mis problemas. Me empecé a interesar por lo que aquella gente decía. Pasé por un proceso de transición muy difícil. En esta época, a lo mejor durante el día estaba vendiendo los periódicos de las Juventudes Socialistas pero después no me acostaba sin hacer mis oraciones. Acabé afiliándome y, durante la guerra, me pasé al Partido Comunista. Todavía continúo defendiendo las mismas ideas. Hemos cometido muchos errores, sin embargo mi corazón sigue en el mismo sitio.

Al empezar la guerra, la JSU formamos un batallón al que llamamos batallón Libertad. Yo, con 16 años, era la mascota. Fuimos a la zona de Peguerinos, en la sierra de Madrid. A los pocos meses el ejército se regularizó, y a los menores nos enviaron a casa. Entonces me dediqué al trabajo político en Alcalá. Fui secretario general de esa comarca hasta el año 38. Ese año, los jóvenes tuvimos la idea de movilizar a los menores de edad. Organizamos dos divisiones de lo que se llamó Voluntarios de la Juventud. De vez en cuando aparecía el padre de algún chico y se lo llevaba de allí a caponazos. Era increíble, ¡chicos de 15 y 16 años movilizados! Cuando cumplí los 18 años me incorporé al ejército. Fui comisario político en una unidad. Después fui instructor de la juventud en el Ejército del centro hasta el final de la guerra. Se corrió la voz de que quienes tuviéramos responsabilidades políticas debíamos concentrarnos en el puerto de Alicante, porque nos iban a sacar de España. Nos concentramos a miles, pero nuestros barcos nunca llegaron. Los que llegaron fueron los de Franco. Y la División Littorio, que llegó por tierra. Nos atraparon a todos. Me llevaron al campo de prisioneros de los Almendros y, a los pocos días, me trasladaron al de Albatera, de donde me escapé, lo que resultó relativamente fácil ya que había muchísima gente. Conseguí llegar a Madrid y me escondí en casa de un amigo. A los pocos días un confidente me entregó a la policía. Me cogieron por ingenuo y por impaciente. En pleno año 39 estaba tratando de organizar la resistencia, contactando con los amigos. Uno de los que llamé se había hecho confidente y me denunció.

Me llevaron a la cárcel de Porlier, un antiguo colegio. Muchas veces me paseo por ahí y veo un espectáculo que me recuerda a nuestra época. Las madres van a buscar a sus hijos y eso me recuerda a cuando nuestras familias iban a recoger nuestros paquetes o a llevarnos los suyos. También iban a buscar los cuerpos de los que habían sido fusilados. Muchas veces las madres llegaban con el paquete y se tenían que volver. «No, señora, su hijo ha sido fusilado». Yo estaba condenado a muerte, lo habitual en esos días. Hasta tal punto, que cuando la gente iba al consejo de guerra al volver estábamos todos esperándoles para saber que condena traían. A lo mejor venían con los ojos llenos de lágrimas: «¡Treinta años! ¡Treinta años!». Y te abrazaban, porque traer treinta años de condena era una suerte, era evitar el fusilamiento.

Desde el principio empezamos a montar una organización clandestina en la prisión. Una organización muy cerrada y muy opaca. Cada miembro conocía sólo a dos compañeros, el que te pasaba las cosas y al que tú se las pasabas. En el año 43 creamos un periódico al que llamamos 'Juventud', destinado a mantener el ánimo de los presos y a mantenerlos informados. Estaba primorosamente hecho, incluso llevaba dibujos. Un día sorprendieron a un chico leyéndolo. El chico confesó y yo entonces decidí entregarme para evitar que cayera más gente. Estuve casi un mes en la Dirección General de Seguridad, donde me torturaron cruelmente. Me machacaron vivo, pero no delaté a nadie. La tortura es una pelea extremadamente difícil. Llega un momento en que temes por tu razón. El problema es que mientras tú estás bien, aunque te machaquen, si tienes moral, lo soportas. Lo malo es que pasa el tiempo y empiezas a temer, Por qué dices: «¿Pero hasta dónde voy a controlar mi cabeza?» Mi fortaleza era imaginarme mi vuelta a prisión. A mí, en la prisión, todo el mundo me quería. Me llamaban el chaval porque era de los más jóvenes, y todos me conocían. Yo pensaba: «Si vuelvo sin haber entregado nada, después de haber salvado la situación y habiendo resistido, ¡joé!, la gente me va a comer a abrazos. Pero ¿y si vuelvo después de haber hablado? No me voy a atrever a mirar a nadie a la cara, seré como un pelele, siempre solo en un rincón del patio» Eso era lo que me daba fuerza. Después de estas torturas, me condenaron por segunda vez a muerte. Cuando las penas de muerte se conmutaron por treinta años, a mí me cayeron sesenta.

Un día, cuando me encontraba en la Dirección General de Seguridad tirado en la celda, lleno de sangre y hecho un guiñapo, de repente sentí que me lanzaban un papel por el ventanuco. A rastras, como pude, cogí el papel. Era un retrato de Lenin, que alguien había arrancado de algún libro. Nunca supe quién me lo mandó. Lo cierto es que, para mí, desde ese momento, fue como si yo ya no estuviera solo. Como si alguien estuviera vigilando y controlando mi situación y mi comportamiento. Tenía el retrato enterrado bajo la arenilla del suelo de mi celda. Cuando bajaba, lo desenterraba y hablaba con él: «Mira, camarada, cómo me han puesto, pero no temas, que yo tendré fuerza suficiente para defender al partido». Un día, estando en el calabozo, oí unos gemidos y me asomé por el ventanuco de mi puerta. Vi que traían en brazos a un preso al que habían torturado. Me di cuenta de que aquel hombre estaba entregado. Que ya había confesado algo y que estaba vencido. Yo, que era todavía un niño, tenía 21 o 22 años, desenterré el retrato de Lenin y le dije: «Tú sabes que por nada del mundo me desprendería de ti, pero te necesitan en la celda número 27». Cuando me sacaron al servicio, pasé delante de su celda y le tiré la foto. Parecerá un milagro, pero al día siguiente, cuando oí que venía este preso, me asomé y observé que venía andando por su pie y en su mirada había una luz tensa y distinta a la del día anterior. Aquel hombre se había rehecho. Recibir la fotografía lo resucitó. Años después, en la cárcel de Ocaña, oí a un hombre contar la historia. Entonces me di a conocer. «¡Yo soy el que te pasé la foto!» Me confirmó que ya había denunciado a alguien y que, cuando se encontró con el retrato, se golpeaba contra la pared, desesperado. Muchos años después, en Moscú, visitando el museo de Lenin, Yeltsin me enseñó el papel en el que yo escribí esta historia junto a la famosa fotografía de Lenin con un pionero en la Plaza Roja. Se lo enseñaban a todos los españoles.

En la prisión, en un primer momento, lo único importante era sobrevivir, hasta el punto de que en Porlier, al poco tiempo de entrar, no quedaba ni un hierbajo en el suelo. Las hierbas del patio las cogíamos, las metíamos en agua a hervir y nos las comíamos como podíamos. Muchas mañanas te encontrabas con que, no sólo faltaban los compañeros que habían fusilado, sino que también muchos aparecían muertos a tu lado, de hambre o de frío. La situación cambió coincidiendo con el fin de la Guerra Mundial. Nuestras familias se habían rehecho y nos podían ayudar. Europa pudo volver sus ojos a España y se empezaron a organizar comités de amnistía, socorro popular... Y comenzó a llegar algo de esta solidaridad, que nos ayudó a sobrevivir.

En esa época empezamos a estar más tranquilos y más alimentados y gracias a eso empezamos a organizarnos mejor. Éramos como un estado dentro de otro estado. Montamos clases clandestinas. Teníamos cientos de libros escondidos. Era muy fácil introducir libros en la cárcel. Lo difícil era mantenerlos ocultos. Lo que hacíamos era coger de entre los libros de la biblioteca de la cárcel, casi todos religiosos, el libro más parecido al que queríamos camuflar. Desencuadernábamos los dos libros, cogíamos las tapas del libro legal con las cien primeras páginas, que era donde aparecían el sello de la cárcel y las firmas del director y del capellán e íbamos intercalando cien páginas de nuestro libro y cien del otro y así sucesivamente. Como teníamos buenos artesanos, componíamos de nuevo el libro que, por fuera, era La historia de Santa Genoveva y, por dentro, El capital. Teníamos de todo, y todo clandestino. Había una escuela de pintura e incluso organicé una tertulia literaria en los últimos tiempos. También hacíamos una revista, que sacábamos de la cárcel y que se reproducía y se difundía fuera.

La cárcel fue mi universidad. Conocí a mucha gente. Coincidí con Buero Vallejo y con Miguel Hernández entre otros muchos. Miguel Hernández era una persona entrañable, murió de franquismo en la prisión de Alicante en el año 42. Unos años después le hicimos uno de nuestros homenajes: Esperábamos a la noche, a que cerraran las galerías. Entonces montábamos un pequeño escenario con mantas y sábanas. En las ventanas algunos presos se dedicaban de la vigilancia y así, en el silencio terrible de la cárcel, hacíamos los homenajes. El de Miguel Hernández lo titulamos Sino sangriento, que es el nombre de uno de sus versos. Tenía tres actos, con los nombres de tres de sus libros: El rayo que no cesa, Vientos del pueblo, que trata de la guerra y Cancionero y romancero de ausencias, que era el de la cárcel. Unos narradores relataban los hechos y una pequeña banda de música se colocaba detrás del escenario con sus instrumentos realizados con los palos de las escobas y con cosas así. Era muy ingenioso: se cortaba un trozo de escoba de caña. Unas gomas sujetaban un papel de fumar en cada punta y se le abrían unos orificios. Sólo con eso salía una música preciosa, que era como un zumbido, pero muy bonito. Una cosa tremenda. Esa bandita, compuesta por cuatro o cinco personas, iba poniendo música a determinados pasajes. Cuando los locutores contaban la parte de la guerra de España y de los soviéticos se oía La Internacional. Con los franceses y André Martí... se oía La Marsellesa. Los mexicanos con Siqueiros y tal... Se oía La Cucaracha. Todo a media voz. Se titulaba Homenaje a voz ahogada a Miguel Hernández. Fue algo impresionante, en medio del silencio de la prisión. De vez en cuando, oías el «alerta» de los centinelas desde las garitas. Toda la noche: «¡Alerta el uno!, ¡Alerta el dos!, ¡Alerta el tres!» Eso se hacía para que el cabo de guardia supiera que no se había dormido ninguno de los centinelas. Hicimos otros homenajes a Rafael Alberti y Neruda. Creo que jamás se podrá concebir un homenaje más emocionante que éste.

Ésta fue mi escuela y la de mucha gente, y así pasé los años de prisión. Hoy miro aquello casi con nostalgia, «¡Joder, aquélla fue una de las épocas más hermosas de mi vida!» Sabías que el futuro te pertenecía, aunque estuvieras sufriendo y te pudieran llenar la cabeza de plomo, aunque te tocara caer, pero nos parecía que el futuro era nuestro. Se vivía con esperanza. El talón de Aquiles del preso era la familia. Si veías a alguno triste, preocupado, andando solo por el patio, es que su familia tenía algún problema.

Empecé a escribir en la década de los cincuenta. Todo empezó porque me sacaron de la galería y me llevaron castigado a celdas. Allí estaba aislado. Los funcionarios te sacaban el petate por la mañana y no te lo devolvían hasta la noche para que fuera imposible tumbarse durante el día. Entonces los compañeros, los destinos, que eran quienes barrían y hacían la limpieza, se encargaban de introducir comida o lo que fuera en el petate antes de devolvértelo. Una de las veces me metieron unas hojas arrancadas de libros de Rafael Alberti y de Neruda. Las manoseaban antes para que el sonido del papel dentro del colchón fuera imperceptible, porque los guardias a veces lo inspeccionaban para ver si notaban algo raro. Releí aquellas hojas más de mil veces, y eso me creó un clima un poco particular, que hizo que empezara a escribir con un pequeño lapicero que me habían pasado. Cuando salí de celdas me animaron a continuar diciéndome que lo que había escrito estaba muy bien. Lo sacamos al exterior, como el náufrago que lanza un mensaje al mar en una botella sin saber si va a llegar a algún destino. No le di más importancia. Tiempo después, llegó un paquete de México, en el que nos mandaban revistas y otras cosas que nuestras familias nos pasaban clandestinamente. Entre todas esas cosas, venía un librito mío, con ocho o diez poemas. Aquello me hizo pensar que esta era una forma más de ayudar a que la gente comprendiera nuestra situación. Entonces pensé que debía adoptar un nombre para firmar mis cosas. Pensando en mis padres me puse Marcos Ana. A mi padre lo habían matado en la guerra y mi madre murió, la pobre, cuando me condenaron por segunda vez a muerte. Anduvo deambulando por la puerta del penal de Burgos intentando verme. No lo consiguió. La encontraron muerta en una zanja. Poco a poco empecé a contactar con los poetas en el exilio. María Teresa León y Rafael Alberti, se valieron de que Paco Rabal pasaba por Buenos Aires y le dieron una pequeña nota, que me pasaron dentro de un tubo de pasta, que decía: «Cuéntanos algo de tu vida». Entonces les compuse un pequeño poema:

Mi vida
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio
y un trocito de cielo donde a veces pasan
una nube perdida y algún pájaro
huyendo de sus alas.

A partir de aquel poema, que titulé Mi corazón es patio, empecé a ser conocido fuera de las cárceles. En el extranjero la campaña en mi defensa fue muy fuerte. Entonces el Gobierno promulgó un decreto, según el cual las personas que llevaran más de veinte años ininterrumpidos en prisión serían excarceladas. Fue una cosa insólita, ya que fui el único al que le afectó. Normalmente, nadie estaba en prisión más de veinte años o, como mínimo, se entraba y se salía cumpliendo la condena en dos o tres veces. Pero yo estaba condenado a sesenta años y fui el único que salí de la cárcel gracias a ese decreto.

Cuando conseguí la libertad a finales de 1961, salí en los periódicos de todo el mundo. Fraga, que entonces estaba en el Ministerio de Información y Turismo, reaccionó con un folleto que se titulaba: Marcos Ana, asesino, en el que me atribuían todo lo que había pasado en Alcalá de Henares durante la guerra. Si eso hubiera sido cierto, me hubieran fusilado muchos años atrás. De todas maneras, sólo puedo agradecérselo, porque eso me dio todavía más publicidad.

Sabía que el aparato clandestino francés iba a venir a buscarme. Estuve unos días en Madrid, en casa de mi hermano, hasta que vino a buscarme un matrimonio francés. Querían que me aprendiese de memoria mi nombre en francés, pero yo ni me aprendía mi nombre ni nada. Entonces, la mujer me puso una bufanda, me tapó un poco y salimos. El coche era de una marca importante y el hombre iba ataviado con gorra y uniforme de chofer. La mujer se sentó detrás conmigo y, cuando llegamos a Irún, le dijo al guardia: «Por favor, dése prisa porque mi marido está enfermo». Y así, con pasaporte falso, pasamos la aduana. Cuando llegué, lo primero que hice fue organizar el Centro de Información y Solidaridad con España (CISE) presidido por Picasso, pero dirigido por mí. Había muchísima gente: Yves Montand, Piccoli, Jean
Paul Sartre, Jean Cassou... Desde allí empecé a organizar las campañas de solidaridad internacional. He viajado por casi todo el mundo. Mi vida ha sido muy intensa y apasionante. Me ocurrieron cosas muy graciosas. Siempre he parecido mucho más joven de lo que soy. Salí de la cárcel con 41 años, pero sin embargo parecía que tenía veintitantos. En una ocasión, había ido a Inglaterra para pronunciar una conferencia en el parlamento. Me acompañaba un intérprete, que era un ex brigadista, profesor de español que tenía lesiones de guerra y estaba cojo, e iba con un bastón. Tendría 45 años, pero estaba muy envejecido. Cuando nos hicieron pasar, yo, como siempre he sido nervioso, entré deprisa, subiendo la escalera a gran velocidad. Me extraño que nadie se moviera cuando aparecí en el escenario. Cuando, unos segundos después, entró el intérprete con su bastón, cojeando, todo el mundo se puso en pie, aplaudiendo. Para un inglés era inconcebible que yo, que parecía un jugador de rugby, hubiera estado 23 años en la cárcel, torturado y condenado a muerte, tenía que ser el otro, que iba con su bastoncito.

Estas conferencias nos permitieron dar a conocer nuestra lucha. Solían preguntarme qué había sido lo más difícil. Lo más difícil para mí, después de tantos años de prisión, fue la libertad. Yo en la cárcel sabía vivir. Era como un pedazo más de aquellas piedras. Lo difícil fue salir a los 41 años, después de 23 encarcelado. Fue como si me hubieran abandonado en un planeta extraño. Para mí fue una cosa tremenda: la adaptación a la vida, a la libertad... Fue lo más difícil. Al principio, vomitaba los alimentos, no podía subir a los vehículos, incluso los ojos se me enrojecieron, puesto que el nervio óptico, en la prisión, se va retrayendo. Como se tienen paredes o muros delante en todo momento, se acostumbra a enfocar siempre cerca, y va perdiendo facultades. Si estaba en una habitación o en una calle donde hubiera edificios altos, la vista se protegía y estaba tranquilo. Pero cuando salía al campo me mareaba, como si me hubieran puesto unas gafas que no eran mías. Fue un tiempo difícil, porque no conocía y no entendía muchas cosas del mundo al que había salido. Tenía conciencia de que era un ser adulto, pero, al mismo tiempo, tenía la candidez y la inexperiencia de un adolescente. Por ejemplo, nunca había estado con una mujer. Cuando salí en libertad, uno de mis amigos vio que me quedaba atontado mirando a las mujeres por la calle. Salimos una noche juntos a un cabaret y él pensó que lo que más ilusión me haría sería irme con una mujer. De modo que cogió a una chica, le dio mil pesetas y le dijo: «Toma, para que te vayas con mi amigo». Cuando me quedé a solas con esa chica, yo quería que me tragara la tierra, porque no sabía cómo comportarme. Ella se creía que estaba borracho y cuando intentó devolverme el dinero, tartamudeando, le conté lo que me sucedía. Que había pasado 23 años en la cárcel, no conocía a ninguna mujer y ésa era mi primera experiencia sexual. Ella me dijo: «Mira, yo voy a perder contigo unos cuantos miles de pesetas». Dimos un paseo. Luego me llevó a cenar a la Torre de Madrid. Lloró conmigo cuando le contaba las cosas de la prisión. Recuerdo que me besaba las manos llorando. Le hablaba de un mundo que ella desconocía. Luego fuimos al hotel. A pesar de mi timidez y de todas mis inhibiciones, esa mujer consiguió con una ternura y una humanidad extraordinarias que yo hiciese el amor por primera vez.

Me despertó por la mañana. Había traído chocolate con churros. Me marché a casa con un nudo en la garganta, sabiendo que esa noche no tendría dinero para volver con ella. Al llegar, descubrí en mi bolsillo las mil pesetas y una nota que decía: «Para que vuelvas esta noche». Estuve todo el día haciendo tiempo, deseando que llegaran las ocho o las nueve de la noche para poder ver de nuevo a esa mujer. Pero, poco a poco, me fue asaltando la idea de que si la veía se iba a romper el encanto de la noche anterior. Esas mil pesetas las había ganado ella, y, si iba a verla con ese dinero, yo iba a tratarla como una prostituta, es decir, que yo iba a prostituirla más. Decidí no ir, pero continuamente sentía la necesidad de volverla a ver. Me decía: «Qué importa. Ella conoce todas las noches a cuatro o cinco o diez hombres. ¡Qué le importará a ella!» Mientras deambulaba, pasé por delante de una floristería y, sin pensarlo demasiado le dije a la mujer: «Mil pesetas de flores». Hicimos un ramo enorme, y lo dejé en el hotel con una tarjeta con su nombre, Isabel Peñalva. No la olvidaré nunca.

En el CISE, en París, estuve hasta que murió Franco. Bueno, en realidad no volví hasta finales del 76, porque yo fui de los últimos a los que proporcionaron el pasaporte. Cuando volví a España, me tuve que ir inmediatamente a Burgos, a encabezar la lista de diputados comunistas en esta provincia, como símbolo de los miles de demócratas que habían dejado su vida en el penal de esta ciudad. No salí elegido, ya que Burgos era muy difícil. Luego, el partido me puso al frente del departamento de Solidaridad Internacional. Se decía: Ayer por España; hoy España por los pueblos. Yo me sentía un hijo de la solidaridad y quería devolver la solidaridad que a mí me habían prestado en la cárcel y en el exilio.

Al comienzo de la guerra, es justo reconocer que en los dos bandos se cometieron actos descontrolados. Cuando las pasiones están desatadas, es comprensible que puedan ocurrir algunas cosas. Es cierto que se quemaron iglesias y que la gente estaba descontrolada. Sin embargo, a partir del año 37, la cosa se controló y esos actos no se produjeron más. Esto no tiene comparación con lo que pasó en el otro bando. Esta gente ganó la guerra y durante cuarenta años mantuvo un ideario gubernamental cuyo objetivo fue exterminar al enemigo. Lo que hicieran durante la guerr

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martes, 15 de abril de 2008

GOBIERNO VASCO Y ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

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domingo, 13 de abril de 2008

El ZAPATITO DE LANA Manuel Carrasco i Formiguera

EL ZAPATITO DE LANA
http://www.elpais. com/ HILARI RAGUER 09/04/2008

El 9 de abril de 1938, hoy hace 70 años, fue fusilado en Burgos Manuel Carrasco i Formiguera. Se habían interesado por él Pío XI, Pacelli, Gomá, Antoniutti y otras muchas altas personalidades católicas. Como llevaba ya más de un año detenido, parecía que no peligraba su vida, y sorprendió a todos la repentina decisión de Franco de ejecutarlo. Probablemente fue una airada réplica a la condena pública del Vaticano por los terribles bombardeos de Barcelona el 16, 17 y 18 de marzo, que L'Osservatore romano calificó de matanzas inútiles, carentes de justificación militar

La tragedia personal de Carrasco es bastante conocida. No lo es tanto la de su familia. Denunciado primero por un separatista como católico notorio y amenazado después por los anarquistas, Companys y Tarradellas, impotentes para garantizar su seguridad, lo enviaron a Euskadi como representante de la Generalitat. Se dirigía de Bayona hacia Bilbao con su esposa Pilar y seis de sus ocho hijos (Núria, Mercè, Raimon, Josep y Neus, de 20, 19, 13, 11 y 9 años, respectivamente, más la pequeña Rosa Maria, de siete meses, con la nodriza) cuando el barco vasco en el que viajaban fue apresado por el Canarias.

La familia fue dispersada en cuatro cárceles distintas. Manuel fue internado en la cárcel provincial de Burgos, que ya le había tocado conocer durante la Dictadura. Raimon, Josep y Neus fueron internados en el Asilo de San José de San Sebastián, donde estaban retenidos como rehenes muchas mujeres y niños. El primer domingo querían comulgar en la misa, como hacían todos siempre con sus padres, pero por mucho tiempo no se lo permitieron porque eran rojos y antes tenían que confesarse. Se confesaron, y el cura les puso por penitencia rezar un padrenuestro por la conversión de su padre. Núria y Mercè fueron a parar a una villa de Pasajes convertida en cárcel de mujeres, a cargo de unas religiosas que las trataban de rojas y las explotaban obligándolas a lavarles la ropa. Su madre, Pilar, con la pequeña Rosa Maria y la nodriza fueron conducidas a la cárcel de mujeres de Burgos, sospechosas las tres del delito de rebelión militar. Ambos esposos pronto pudieron escribirse, pero pasaron cuatro terribles semanas sin tener noticias de los otros cinco hijos. Manuel escribió al decano del Colegio de Abogados de Burgos, como compañero, solicitando protección jurídica no para él, sino para su familia, pero nunca recibió respuesta.

Pasaron así casi cuatro meses. A fines de junio, a la una de la madrugada, comunicaron a la señora Carrasco que ella continuaba presa, pero la pequeña y la nodriza quedaban en libertad y tenían que irse. Doña Pilar, sin dinero porque se lo habían quitado todo, suplicaba desesperadamente que esperaran que se hiciera de día y pudiera dar a la nodriza, una gallega buena pero muy simple, instrucciones y algún recurso, pero le contestaron que tenían que irse inmediatamente.

Estaban allí, encarceladas por ser socialistas, dos jóvenes que presenciaron la escena y, compadecidas, dieron a la nodriza la dirección de unos tíos suyos que vivían muy cerca de la cárcel de mujeres, para que al menos pudieran pasar allí aquella noche. Era una familia modesta. El marido, Hidalgo de apellido y de obra, trabajaba de camarero en el Círculo Mercantil y ganaba siete pesetas al día. A aquel hogar burgalés llegó de madrugada la nodriza, con Rosa Maria en brazos, llamó a la puerta y cuando la señora Feli Ramos le abrió le expuso la situación. Inmediatamente las recibió y acomodó no sólo aquella noche, sino todo el tiempo que hizo falta, hasta que dos meses más tarde, por mediación de la Cruz Roja Internacional, la esposa e hijos de Carrasco i Formiguera fueron canjeados por la familia del general López Pinto, que con Varela había encabezado el alzamiento en Cádiz y entonces mandaba la División Orgánica (antigua Capitanía General) de Burgos, elocuente indicio de la importancia política que Franco daba a Carrasco. La nodriza se fue a su tierra, pero Rosa Maria siguió en aquella casa como una hija. Por si fuera poco, la señora Feli socorrió a Pilar hasta el canje, y visitaba a Manuel y se ocupaba de su comida y ropa. Las visitas de los presos se hacían en condiciones inhumanas: breves, en grupos que gritaban para oírse y separados por una doble reja o tela metálica. Feli llevó una vez a la pequeña Rosa Maria para que la viera su padre, pero Manuel, que era muy emotivo, quería abrazarla, y al no permitírselo los guardias sufrió un grave ataque de corazón.

El 16 de agosto de 1937 Pilar y los seis hijos fueron a despedirse de Manuel, antes de ser conducidos a Gibraltar, donde se efectuaría el canje. Esta vez el director de la cárcel les dejó su despacho para despedirse. El último abrazo de Carrasco fue para la pequeña, y le quitó el zapatito de lana de un pie para guardarlo como recuerdo. Cuando a las siete de la mañana del 9 de abril de 1938, hace hoy 70 años, caminaba Manuel hacia el lugar del fusilamiento, llevaba en una mano el crucifijo que le había facilitado su amigo y confesor, el P. Ignacio Romañá, y en la otra el zapatito de lana, y los iba besando alternativamente. Llegado al sitio indicado, entregó el zapatito al P. Romañá y apretó el crucifijo. No dejó que le vendaran los ojos, sino que mirando de frente a todos los presentes dijo con voz muy entera: "Lo que ha sido el lema de toda mi vida y que llevo en el corazón, quiero que sea mi grito en este trascendental momento: Visca Catalunya lliure!". Todavía pudo besar el crucifijo y decir: "¡Jesús, Jesús!", y estalló la descarga.

El fusilamiento de Carrasco i Formiguera desencadenó una oleada internacional de protestas. Monseñor Antoniutti, entonces encargado de Negocios ante el Gobierno de Burgos y más tarde nuncio, muy franquista, escribió en sus memorias, a propósito de sus gestiones humanitarias: "Recuerdo un hecho que tuvo amplia resonancia. Había sido capturado el conocido católico Carrasco Hormiguera, embajador de Cataluña ante el gobierno vasco [sic]. Después de un periodo de detención en la cárcel de Burgos fue condenado a muerte. El padre Romañá, jesuita, lo asistió e informó después que Carrasco había demostrado una gran fuerza de ánimo afrontando la ejecución capital con serenidad de espíritu después de haber recibido los auxilios religiosos. Se esperaba hasta el último momento que se suspendiera la ejecución de la sentencia. Sin embargo, la autoridad militar juzgó que se debía cumplir, y el ministro de Asuntos Exteriores, general conde de Jordana, se lamentó conmigo del hecho, que habría de tener desagradables resonancias". Tratando de refutar las protestas, el dominico Antonio Carrión escribió en un boletín de propaganda religiosa franquista: "Carrasco Formiguera murió, gustoso lo consigno, como buen católico, mas gritando '¡Viva Cataluña libre!', con lo que vino a confirmar que la sentencia estaba bien fundada en derecho".

Rosa Maria Carrasco i Azemar no conoció a su padre. Sólo sabe de él lo que le han contado. También le contaron lo que por ella había hecho doña Feli Ramos. Pasaron más de 20 años y fue a Burgos a conocerla. Llamó a la puerta y, como en aquella madrugada de 1937, abrió la señora Feli y apenas la vio exclamó: "¡Tú eres la hija de Manuel!". El zapatito de lana se conserva entre los objetos personales de Carrasco i Formiguera custodiados amorosamente por su nieto, Manuel Martí i Carrasco.

Hilari Raguer es historiador y monje de Montserrat.

HILARI RAGUER 09/04/2008

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jueves, 10 de abril de 2008

MANZANETE LUIS , CABEZAS MADRIGAL, Topos y huídos ceutíes

www.faroceutaymelilla.es Escrito por Francisco Sánchez Montoya (Papeles de la Historia)
jueves, 10 de abril de 2008

Luis Manzanete, escondido un año en el monte
Cuando Luis Manzanete Flores, de 34 años, se encontraba junto a otros militantes de izquierda, en el Paseo del Rebellin, en la tarde-noche del 17 de julio de 1936 y vio como salían tropas del cuartel de Sanidad (hoy Manzana del Rebellin) comprendió que la sublevación militar estaba en marcha, y que el seria uno de los primeros en ser detenido dada su destacada militancia política. No se lo pensó y se marchó a casa de su hermana Amanda, que vivía en la zona del Recinto, se quitó el traje que llevaba, se puso un pantalón oscuro, una americana vieja, unas alpargatas y una boina. Tras este cambio de indumentaria, para no llamar la atención, se marchó al campo comunicándole a su hermana que no se preocupara de él que en unos días volvería, “cuando todo haya pasado”... pero no volvió hasta un año después.
Intentó en varias ocasiones marcharse a Tánger, pero al llegar a la zona de la Almadraba siempre se encontraba con algunas patrullas. Durante todo ese año estuvo viviendo en un vivero que había en la zona del Tarajal. Mientras tuvo dinero, cuando oscurecía, subía a los Barrios de la Unión o San José y compraba artículos para comer. Al agotársele el dinero, unas veces comía de las huertas que había por aquella zona y otras se hacia pasar por mendigo y pedía. Los meses de invierno, al tener que dormir en el campo se tapaba con rastrojos y ramas, con la esperanza puesta en huir de Ceuta.
El 30 de julio de 1937, volvió a casa de su hermana Amanda, para descansar unas horas y aprovisionarse de ropas y comida y volver al campo como un “topo”. Pero, al día siguiente, como habían hecho en muchas ocasiones se presentó una patrulla. Le preguntaron a su hermana, esta les dijo que se había marchado a Tánger hacía ya muchos meses. La patrulla no le cree y tras un exhaustivo registro lo encuentran en una pequeña habitación de la azotea donde estaba oculto, casi sin fuerzas, la policía en su informe indicó: "presenta un aspecto desfigurado". Cuando estaba siendo bajado por la escalera esposado, su vecina Dolores Ríos, recriminó su detención a la patrulla, diciendo que era un buen hombre, honrado y trabajador… La policía la detiene también, y le instruyen un consejo de guerra por “desacatado”, fué condenada a doce años de prisión. A Luis Manzanete Flores, le realizan otro consejo de guerra y en escasos treinta días, el 27 de agosto de 1937, sería fusilado en la Fortaleza del Monte Hacho.
Otro testimonio de aquellos “topos y huidos”” ceutíes fue la del funcionario municipal Bernardo Cabezas Madrigal: "El 16 de febrero de 1936, fui apoderado de una urna del patio Centenero, después, el 26 ingrese en el Ayuntamiento, en obras, donde permanecí hasta el golpe de Estado militar, abandoné el 18 de julio y el día 20 viendo que las directivas de los partidos estaban ya detenidas inclusive el alcalde Sánchez-Prado, me fui para el campo, a los montes junto a la Mezquita, días después me marché para Tánger, donde fui cogido en la cábila del Biut a las once de la noche y me llevaron detenido hasta la aduana de Castillejos, donde dije que había ido a ver si había trabajo como carbonero. Me soltaron y me escondí en una cueva del Foso San Felipe a 300 metros de profundidad. Un día salí de madrugada y un compañero que tenía una casa en el Foso, me dijo que habían dado el chivatazo de que en la cueva había gente escondida, efectivamente a los pocos días, aparecieron tres falangistas a registrarla. Vendí tres trajes que tenia y me fui otra vez para Tánger el día 22 de septiembre de 1.936, al llegar a las malezas de arroyo a la derecha del Zoco, me tiraron ocho tiros y me tuve que volver, serian las tres de la mañana y me volví a Ceuta, y nuevamente me metí en la cueva". El 18 de noviembre de 1936 fue detenido y llevado a los calabozos de la comisaría en la Plaza de los Reyes, al día siguiente, según indica un informe, a las cinco de la madrugada, se lo encuentran ahorcado en su celda.

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SANCHEZ DURAN JUAN y POUSA MARTINEZ JUAN topos y huídos ceutíes

El ceutí, Juan Sánchez Durán, oculto 14 años para salvar la vida
Escrito por Francisco Sánchez Montoya (Papeles de la Historia)
jueves, 10 de abril de 2008
www.elfaroceutaymelilla.es
Al militante socialista, Juan Sánchez Durán, la sublevación le sorprendió en Tetuán, donde vivían sus padres desde mayo de 1934, tras instalar un negocio de ventas a plazos.
Ni se podía imaginar que en la tarde del caluroso viernes, 17 de julio de 1936, cambiaria su vida y viviría catorce años escondido como un “topo”, seguro que fueron otros muchos los que vivieron esas mismas circunstancias escondidos tras despensas, zulos, pozos o alacenas. Juan Sánchez, cuenta en el consejo de guerra, tras su detención como se sucedieron los acontecimientos, en aquella tarde:
"En la tarde del 17 de julio, me encontraba, debido a mi trabajo, en Tetuán, comprobé que existía por las calles una efervescencia y ambiente anormal, sobre todo por los comentarios que se hacían por los cafés o bares. Sobre las nueve y media me fui al Centro Obrero Español en la calle La Luneta, y desde aquí al poco tiempo a mi casa. Al día siguiente, 18 de julio salí muy temprano serían las ocho de la mañana, compré el diario Tetuaní La Gaceta de África, y comprobé que se trataba de un movimiento nacional, tras visitar a varios clientes, me comunicaron que las tropas de Regulares en la noche del día 17, entraron el centro obrero deteniendo a todos los que se encontraron en su interior y otros fueron detenidos solo por el hecho de pertenecer al centro y llevados al campo de concentración del Mogote. Por lo que se decía sobre los que habían detenido, me recluí en mi casa por miedo a venganzas personales, dado que por otra parte me había enterado que a muchas personas por disgustos insignificantes y rencillas habían sido denunciados y sufrido malas consecuencias, por eso huí de todo contacto que no fuera del de mi familia…. Muchas veces vino la policía a mi casa, pero mis padres decían que había huido a Casablanca, estuve escondido en un cuarto trastero, que estaba entre dos cocinas. Me marché a mi domicilio y no salí a la calle hasta el día 3 de julio de 1950, por acogerme al indulto que dio el General Franco, por ser año Santo".
Una vez que se entregó, fué detenido y trasladado a Ceuta a la Fortaleza del Monte Hacho y se le instruyeron diligencias previas con el fin de realizarle un consejo de guerra. El 6 de abril de 1951, el fiscal jurídico militar le pide doce años y un día de reclusión. El 18 de mayo de este mismo año, se celebró el consejo de guerra, su abogado defensor estima que tras 14 años de “topo” en su casa, ya tiene más que pagada su condena. Tras reunirse el juez falla otorgarle la libertad.
Un caso muy parecido, fué el que me relató la conocida ceutí María José Rodríguez, que en 1936 tenia 6 años: “Todas las tardes tenia cómo costumbre visitar a mi tía tras salir de clase, ella me obligaba a leer un cuento, en la cocina y en voz alta, muchas veces preguntaba porqué no nos marchamos al salón que es más acogedor…. Al cabo de los años, supo que su padre estaba escondido tras un mueble de la cocina. Tampoco tendríamos que olvidar el caso de Berrocal quien estuvo durante varios años oculto en un pozo en una finca del extrarradio ceutí.
Habría que reseñar también la circunstancia penosa sufrida por el joven ceutí dirigente del PSOE, Juan Pousa Martínez, propietario de la confitería “La Campana”. Tras la sublevación, decide esconderse en un almacén que poseen en la calle García, en espera de poder salir de la ciudad. En varias ocasiones ya habían tenido las “visitas” de patrullas de falangistas, pero siempre les manifestaba su familia que había huido a Tánger. El 4 de agosto de 1936, una vez más, se presentan en el almacén a buscarlo, bajaron al sótano, lo removieron todo, como sabiendo que allí se encontraba el joven y después de un minucioso registro, ven en el fondo, una pequeña puerta metálica cerrada, con muchas cajas delante de dulces, las apartan y tras abrir la puerta se encuentran al joven, Juan, con una gran barba y tumbado. La capacidad de este pequeño habitáculo era de 50 centímetros de alto por un metro de largo, tan solo salía por las noches a fumar y estirar un poco las piernas. Fue trasladado a la comisaría y tras prestar declaración internado en la Fortaleza militar del Monte Hacho. En la madrugada del 27 de agosto de 1936 fue sacado de la celda y ejecutado en algún descampado de la ciudad junto a 22 compañeros más.
Otros muchos permanecieron ocultos hasta 1969, que se promulgó un indulto, la gran mayoría de los “topos” salieron a la calle y dejaron atrás cientos de días viviendo con la psicosis del miedo, horas de inquietud, de hastío, de deseos. Días de una vida ocupada en ocul-tarse. Las represalias contra el bando perdedor y fueron cosa de largo tiempo en la llamada posguerra civil, que en el caso de los Topos duro hasta la amnistía general por los actos en la guerra civil emitida al comienzo de la década de los setenta. Con la amnistía, salieron por todas partes, los que salieron antes fueron encarcelados.

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miércoles, 9 de abril de 2008

14 DE ABRIL DEL 2008 77 ANIVERSARIO DE LA REPUBLICA




En el 77 aniversario de la II República Española, vaya este homenaje con algunos de los carteles que se presentan en diferentes sitios de España para disfrutarla.
SALUD Y REPUBLICA!

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martes, 8 de abril de 2008

PUEBLA DE CAZALLA SEVILLA EXHUMACIONES

Terra Actualidad - Europa Press, 08-04-2008


Se elevan a 22 los cadáveres rescatados en la fosa común descubierta en la Puebla de Cazalla (Sevilla)

Los cadáveres rescatados de la fosa común de la Guerra Civil descubierta recientemente en el cementerio municipal de La Puebla de Cazalla (Sevilla) se elevan ya a 22 tras la extracción de 13 nuevos cuerpos, según informó la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía (AMHyJA) en cuanto a la recuperación de los restos mortales de estas personas represaliadas durante el levantamiento de 1936 y principios de 1937.

Desde el pasado 24 de marzo, fecha de inicio de los trabajos para la recuperación de los restos de más de un centenar de personar asesinadas en el cementerio municipal de esta localidad gracias al Grupo Aranzadi, la AMHyJA y la colaboración del Ayuntamiento, se descubrieron nueve cuerpos, luego varias botas y varios fémures y finalmente otros 13 cuerpos que elevan a 22 el número cadáveres.

Además, los días 3 y 4 de abril el geo-radar confirmaba a los familiares allí presentes, al alcalde, Antonio Martín (IULV-CA) y al Grupo Aranzadi las sospechas sobre la existencia de tres fosas más en forma de hileras o zanjas, paralelas al sitio donde se encuentran los actuales trabajos. Los familiares, junto con la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía, que cuentan con la subvención del Ministerio de la Presidencia y ante la confirmación de la envergadura de estas fosas esperan 'impacientes' que el Comisario para la Memoria Histórica de la Junta de Andalucía ultime la firma del Convenio previsto con el Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla y la asociación para determinar una aportación autonómica.

'Numerosos voluntarios venidos de todas partes', colaboran también día tras día a las órdenes del Grupo de Aranzadi y son muchos los familiares y miembros de asociaciones de la Memoria, los que se están acercando para preguntar sobre los familiares desaparecidos, dando todos los datos posibles, así como el teléfono para que la AMH y JA pueda ponerse en contacto con ellos en cualquier momento.

El minucioso estudio sobre la represión militar en La Puebla de Cazalla del historiador José María García Márquez, aún inédito, está aportando valiosos datos a los familiares. Se espera poder llegar a exhumar todos los cuerpos y se esperan los análisis por los antropólogos y los forenses, para que el estudio genético haga posible devolver los restos a sus familiares.

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domingo, 6 de abril de 2008

RECUERDO DE UN HOMENAJE A UNAMUNO



En una mañana de diciembre de 2006, la Asociación Salamanca Memoria y Justicia se presentó en el Cementerio de Salamanca, con la ofrenda de doce rosas rojas en el nicho de Don Miguel.
Fue un acto intimo y muy emotivo, y en el que estuvo presente Pablo de Unamuno, nieto de Don Miguel.
En la foto del homenaje a Unamuno ante su estatua, podeis comprobar la postura de la Asociacion hacia los miembros del Ayuntamiento, de espaldas a ellos, y de cara a la casa del homenajeado.LUISA VICENTE MARTIN

Homenaje a Unamuno
Julio Fernández García (Profesor de la Universidad y miembro de la
asociación Memoria y Justicia de Salamanca) 31/12/2006

Han pasado 70 años desde la muerte de Unamuno (31 de diciembre de 1936) y
parece que la derecha política de este país ha evolucionado muy poco, o
mejor dicho, nada, de la que sustentó el golpe de Estado fascista aquel
fatídico 18 de julio. Unamuno, gran defensor de la razón, la libertad de
pensamiento, la justicia social y la solidaridad, fue expulsado como
concejal el 12 de octubre del 36 y a la semana siguiente cesado por
decreto de Franco como rector de la Universidad de Salamanca, por
enfrentarse a la encarnación de la muerte (Millán Astray), espetándole,
entre otras cosas: "tenéis sobrada fuerza bruta, pero hay algo que os
falta: razón y derecho en la lucha".

Resulta tremendamente doloroso que ante la moción socialista en el
Ayuntamiento de Salamanca para rehabilitar simbólicamente a Unamuno como
concejal, se esgriman por el PP argumentos tan peregrinos como que detrás
de esta propuesta socialista se esconden tres intenciones perversas: el
Estatuto de Cataluña, la "agresión" a las creencias mayoritarias de los
españoles y la rendición del Estado ante ETA. Sólo mentes encolerizadas y
enfermizas pueden sostener que el Gobierno socialista apoya su gestión
política en pilares esotéricos.

Al PP le traiciona severamente el subconsciente y no hay diferencia entre
el hastío y rechazo a la izquierda política y social que mantienen hoy los
dirigentes populares y el reclamo a la santa cruzada contra los rojos,
masones y ateos con el que justificaron Mola, Franco, Queipo y demás
camarilla, el alzamiento y la guerra civil. Hay muchísimas semejanzas, por
desgracia, entre estos argumentos y la historia oficial contada por
Arrarás en la posguerra o la que hoy quieren revitalizar ciertos
revisionistas y seudo-historiadores. Es bochornoso y lamentable.

No obstante, aunque algunos no lo quieran, la excepcional figura de
Unamuno se merece siempre el mejor de los homenajes. Su entrega al
servicio de la ciencia y de los demás estuvo presente en todos los órdenes
de la vida. En su recuerdo, me vienen a la memoria las palabras proféticas
(preludio de una larga dictadura) y llenas de dolor que Ortega pronunció a
su muerte: "la voz de Unamuno sonaba sin parar en los ámbitos de España
desde hace un cuarto de siglo. Al cesar para siempre, temo que padezca
nuestro país una era de atroz silencio, silencio, silencio".

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HOMENAJE EN PEDRAZA DE ALBA ASOCIACION SALAMANCA MEMORIA Y JUSTICIA




HOMENAJE EN PEDRAZA DE ALBA

La finalidad de estos actos que como el de Monleras, Pedraza de Alba y los que se celebraran a lo largo y ancho de toda la provincia de Salamanca, no tienen otro proposito que el de recordar y dignificar a los cientos y cientos de salmantinos inocentes que pagaron con sus vidas, creer en la Libertad, defender a un Gobierno , el de la Republica, democraticamente elegido por la mayoria de los españoles y soñar que aun podian esperar una vida mejor para ellos y su familia.
Fue un acto intimo con las dos hijas que aun viven de los represaliados y toda su familia, emocionados por que habian podido poner nombre a los que hasta el dia 5 habian sido los innombrables. Es un orgullo para los miembros de la Asociacion Salamanca Memoria y Justicia poder colaborar en que el deseo de estas familias se haya realizado

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miércoles, 2 de abril de 2008

JOSE PALANCO ROMERO ALCALDE DE GRANADA ASESINADO EN 1936

Cultura-Granada
El vicerrector de la República
El catedrático Miguel Gómez Oliver rescata del olvido a José Palanco Romero, alcalde de Granada asesinado en 1936

31.03.08 -
JUAN LUIS TAPIA /

JOSÉ Palanco Romero (1887-1936) es uno de esos nombres condenados al silencio y al olvido tras ser fusilado en el verano de 1936 contra las tapias del cementerio granadino. Ahora, la llamada memoria histórica viene a recuperarlo de la mano del catedrático de Historia Contemporánea Miguel Gómez Oliver. Con el subtítulo de 'La pasión por la res pública', el especialista ha querido «reparar el olvido y hacer justicia al quehacer universitario y político de José Palanco, así como reivindicar una época de oro en la Universidad de Granada durante el primer tercio del siglo XX». «He intentado -añade- cumplir el fundamento de la memoria histórica: el recordar a quienes apenas se sabe que existieron».

Gómez Oliver describe a Palanco como «al hombre de Azaña en Granada, quien a los veintitrés años fue catedrático de Historia y posteriormente decano de la Facultad de Letras y vicerrector de la Universidad de Granada». En cuanto a su actividad como político republicano, José Palanco fue concejal en el año 1931 por el partido Acción Republicana y alcalde de Granada, «durante seis meses de una inestabilidad política tremenda», apunta el historiador y vicerrector de Extensión Universitaria. También fue diputado de las Cortes Constituyentes de la República, y con el Frente Popular. «Palanco fue junto a Fernando de los Ríos uno de los candidatos de las últimas elecciones de la República que renunciaron a su condición de diputado por fraude electoral», explica Gómez Oliver.

En Granada destacó como activista cultural y llegó a ser presidente del Ateneo. Uno de los aspectos más interesantes de Palanco es que rompe el tópico tantas veces repetido de que a la condición de republicano se sumaba la de ateo o anticlerical. El catedrático granadino «procedía del catolicismo social y abogará por un republicanismo moderado, porque creía en la República como una manera de modernizar el país».

Las ideas progresistas del dirigente de Acción Republicana chocarán con la burguesía de la ciudad, y más aún siendo su esposa Lola Burgos, «quien pertenecía a la aristocracia granadina y quien era descendiente de Javier de Burgos, el promotor de la división territorial de España. Su clase no le perdonaría nunca que los hubiera traicionado», afirma el experto.

Fruto de este matrimonio fueron sus hijos José, Francisco y Ramón, ya desaparecidos, que se marcharon a vivir a Motril, junto con su madre, cuando quedan huérfanos.

Católico y masón

A pesar de ser íntimo amigo del director del diario progresista 'El Defensor de Granada', Constantino Ruiz Carnero, mantuvo buenas relaciones con la llamada prensa católica e incluso perteneció al consejo de redacción de 'La Gaceta del Sur'. «Era profundamente cristiano, pero se desencantó por la actitud del clero y se hace masón, porque sufre una crisis de fe», indica el historiador. Su condición de político republicano no le impidió promover las Escuelas del Ave María y mantener una estrecha amistad con el padre Manjón. Otra de sus grandes amistades fue Antonio Gallego Burín, «de la época en la que participara en el Círculo de Obreros Católicos, que llegó a presidir».

La conversión de José Palanco a la causa republicana era «un proceso de evolución normal entre políticos e intelectuales que procedían del catolicismo en aquellos momentos», dice el especialista.

Se desplazó poco a poco al republicanismo cuando sus iniciativas evangélicas y sus ideas sobre la justicia humana chocaron con una iglesia intransigente que no quería perder ninguno de sus privilegios y representaba los intereses caciquiles más reaccionarios. Entonces fue perseguido por la prensa clerical y tuvo que defenderse con afirmaciones como éstas: «El clero cuando realiza su labor evangélica de paz, amor y caridad es una institución respetable, hasta digna de elogio. Pero cuando quiere actuar fuera de la esfera que le está reservada; cuando quiere mediatizar la escuela, el instituto, la universidad, quiere dirigir el municipio y no respeta ni aún la soberanía nacional, entonces el clero es un elemento perturbador que engendra la guerra civil y pierde toda su autoridad moral».

Cuando se produjo la sublevación militar, en aquel verano de 1936, Palanco «no huyó pero podría haberlo hecho, haberse ido a la Casa de la Palma en Motril, que era de su mujer. Pero estaba convencido de que no le pasaría nada». El 26 de julio lo detuvieron en su domicilio de Gran Vía 38: «Le golpearon, le rompieron las gafas, y era una persona que no podía prescindir de ellas, y enloqueció hasta tal punto que le trasladaron de la cárcel al psiquiátrico, que se encontraba en el Hospital Real». Palanco murió fusilado contra las tapias del cementerio en el amanecer del 16 de agosto de 1936. Junto a él fueron ejecutadas otras diecisiete personas.


LIBRO
F Título: 'José Palanco Romero. La pasión por la res pública'.

F Autor: Miguel Gómez Oliver.

F Editorial: Universidad de Granada.

F Contenido: Vida y obra de José Palanco Romero, que fue catedrático de Historia de España en la Universidad de Granada desde 1911. En la misma, ocupó también los puestos de vicerrector (1922-1924) y decano de la Facultad de Filosofía y Letras (1930-1934). Militante de Izquierda Republicana, fue concejal del Ayuntamiento republicano de Granada de abril de 1931 a diciembre de 1933, y alcalde de Granada. Fue elegido diputado de las Cortes Constituyentes por Granada, y diputado a Cortes en las elecciones de 1936. Fue fusilado en agosto de ese mismo año.

jltapia@ideal.es

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TODOS LOS DIAS SON 31 DE MARZO JESUS ESTRADA ARRONDO

Carta abierta de una víctima del franquismo.- Todos los días son 31 de marzo
Jesús Estrada Arrondo en nombre de AHAZTUAK 1936-1977

El 31 de Marzo de 1937 es una jornada dramática para Araba, aquella noche fueron sacados de la prisión vitoriana de la calle La Paz un total de 16 presos políticos para ser ejecutados. Esta carta es un homenaje a la memoria de José Luís Abaitua, Víctor Alejandre, Casimiro Cerrajería, Eduardo Cobo, Manuel Collel, Jaime Conca, José Domingo, Jesús Estrada, Juan Francisco Díaz de Arcaya, Antonio García, Daniel García de Albéniz, Francisco Garrido, Constantino González, Teodoro González de Zarate, Prisco Hernáez y Manuel Hernández.

Un piquete de falangistas, requetés y guardias civiles los asesinó, enterró sus cuerpos en una fosa común a unos 100 metros de distancia de la carretera que sube al puerto de Azazeta, a la altura del Km 16. A los cinco años aproximadamente, rescataron tres cuerpos (González de Zarate, Abaitua y Collel) y fueron trasladados al cementerio Santa Isabel de Vitoria, formalizando así su defunción. Algunos familiares de los otros asesinados se negaron a participar en esa exhumación mientras las autoridades franquistas no reconocieran el crimen. Así que los 13 restantes permanecieron allí hasta agosto de 1978, entonces en un solo féretro se trasladaron desde la fosa común al cementerio de El Salvador.

Conozco muy bien esta historia porque mi tío es uno de los que estuvo más de cuarenta años enterrado en el bosque. De hecho me llamo igual que él por decisión de mi padre, que me puso el mismo nombre como homenaje a raíz de su asesinato. También llegué a ser interrogado por el sanguinario fascista Bruno Ruiz de Apodaca que participó en éste y en cerca de cien asesinatos más en Gasteiz... en definitiva, hablo de la represión franquista con conocimiento de causa, como víctima y como activista por la recuperación de la memoria histórica. Porque durante gran parte de mi vida me he esforzado en mantener viva la llama de la memoria de mi tío y del resto de víctimas, incluso fui encarcelado en la misma prisión franquista en la que ellos pasaron sus últimas horas.

Gracias al compromiso de más personas y de algunos colectivos, por fin hemos conseguido sacar a las calles de Gasteiz la denuncia política del franquismo en general y de la matanza de Azazeta en particular. Uno de los mejores ejemplos fue el acto de homenaje que organizamos desde la asociación Ahaztuak el año pasado con motivo del 70 aniversario y al que asistieron varios cientos de personas.

Por lo demás ninguna institución ha hecho nada serio en esta ciudad para dar a conocer esta historia y por desgracia en el único lugar público que se cita algo de lo ocurrido (en la lápida del cementerio de El Salvador) la información que en ella se da es incompleta y errónea. Por eso hago un llamamiento a quien corresponda para que sea corregida y modificada. Espero que los responsables políticos se tomen esta molestia, tomen nota y actúen.

Porque la de Azazeta es la mayor matanza de civiles cometida por los franquistas en nuestro territorio, en cuanto a número de personas asesinadas en una misma acción represiva se refiere. El caso es que en dicha placa aparecen sólo 12 nombres, cuando es sabido que los restos mortales que allí descansan corresponden a 13 personas. Uno de los ejecutados en Azazeta, Manuel Hernández Ibáñez de Garayo, no ha quedado reflejado en la inscripción, y en el caso de Prisco Hernáez Arejola, su apellido está incorrectamente grabado, en la lápida dice Hernández en lugar de Hernáez. Además los términos empleados en la leyenda de la lápida no parecen los más exactos para describir una ejecución múltiple de presos, el actual -Muertos en el Puerto de Azaceta, la noche del 31 de Marzo de 1937, víctimas de la guerra civil- debe ser sustituido, ya que se ajustaría más a la realidad -Asesinados en Azazeta. Víctimas de la represión franquista-. Creo que a estas alturas de la transición se podrán decir por lo menos las cosas como son, que ya han pasado demasiados 31 de Marzo.

Quiero destacar otro aspecto sobre esta fecha, y es que el 31 de Marzo de 1937 fue el bombardeo de Durango (más de trescientos civiles muertos), por lo tanto también se cumplen 71 años de otro acto de terrorismo. A diferencia de la agenda institucional vitoriana y alavesa con respecto al aniversario de Azazeta, en Durango han programado varios actos para recordar a los cientos de víctimas de aquella lluvia de bombas fascistas.

A diferencia del vacío que existe en Araba, en Durango colocaron el pasado año una gran placa con todos los nombres de aquellas personas y precisamente con motivo de este aniversario incluirán tres nombres más que han conseguido identificar. Algo parecido ocurre en el Pueblo de las Viudas de Sartaguda, donde sólo quedan seis semanas para la inauguración del Parque de la Memoria, un entorno para la reflexión donde han grabado en un gran muro los 3.280 nombres de los asesinados por el franquismo en Nafarroa.

Mientras tanto aquí no tenemos nada de eso, aunque queda menos para conocer las características del monumento a las víctimas del franquismo que de la mano de la Diputación Foral va a ser colocado en Gasteiz. Quiero recordar la propuesta que hizo Ahaztuak al respecto, para que en dicha escultura, a semejanza de los proyectos ya materializados en Durango o Sartaguda, fueran incluidos todos los nombres de las víctimas de la represión franquista en Araba. Para poder homenajear así públicamente a esos cientos de alaveses exterminados por el fascismo; primero con fusilamientos extrajudiciales, “paseos” y desapariciones forzosas, después con consejos de guerra sumarísimos y penas de muerte.

Sobre todo para que los familiares de los desaparecidos, de esas personas sin tumba, tengan un lugar donde acudir. Y porque es necesario divulgar la verdad de lo ocurrido en Araba, incluyendo también los nombres de los centenares de presos políticos que murieron tanto en el Campo de Concentración de Nanclares de la Oca como en el de Murgia. La recuperación de la memoria de Araba requiere gestos de valentía y medidas reales como la que proponemos. Se lo debemos a todas esas personas asesinadas por defender la libertad frente a aquellos golpistas que impusieron su dictadura durante cuarenta largos años y algunos más de propina.

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